"No se asuste, tiene un corzo en la terraza". Con este mensaje se despertaron ayer los residentes en el número 18 de la calle Alfonso VII de Avilés, conocida como la calleja de Los Cuernos. La cérvida, bautizada "Rebeca", una hembra adulta, bajó del monte, anduvo más de un kilómetro por varias calles de Avilés camino del centro, se adentró en el casco histórico avilesino y accedió a un patio por el parque de Cabruñana, donde un hombre lo vio a primera hora de la mañana de ayer. Asustado, el animal saltó un muro y acabó atrapado en el interior de la terraza de un bajo. Allí permaneció más de ocho horas, hasta que fue liberado por guardas rurales previa sedación.

Fue en torno a las siete de la mañana, poco después del amanecer, cuando un vecino alertó a la jefatura de la Policía Local de la presencia de un corzo en el corazón de la ciudad, en pleno parque de Cabruñana. "El animal se asustó, saltó el muro y ahí sigue, una mujer le ha puesto agua", explicaron a media mañana dos jóvenes que pasean sus mascotas por la zona verde en la que avistaron a la cérvida.

La inquilina de la terraza en la que acabó la corza no se encontraba en el domicilio por cuestiones laborales cuando el animal accedió a su vivienda. "Estaba trabajando de turno de noche y recibí una llamada de la Policía Local a las siete y media para avisarme de que había un corzo en mi terraza. Cuando llegué a casa ahí estaba. Estuvo de pie mucho tiempo. Le dejé agua y cuando bebió quedó tranquilo. Me han dicho que no hace falta que me quede en casa haciendo guardia, lo van a intentar sacar por el parque", explicó la mujer, que pidió no facilitar su identidad.

Las hermanas Irene e Isabel Martínez, que residen en el piso superior del edificio, se despertaron con la llamada de la Policía Local. "No se asuste, tiene un corzo en la terraza", nos dijeron. La sorpresa fue mayúscula. "Llevamos toda la mañana vigilándolo. Intentó escapar, pero no fue capaz de salir. Ha estado comiendo las plantas de nuestra vecina y debe tener alguna herida, porque hay alguna gota de sangre por el suelo", señalaron.

La Policía Local dio aviso a la Consejería de Medio Ambiente para que se hiciese cargo del animal (en el Principado existe un servicio de atención a la fauna silvestre canalizado a través del 112). Tras el aviso de la Policía Local se activó el dispositivo que permitió, ya por la tarde, que el animal fuera devuelto al medio natural. Los trabajos para liberar a la cérvida, que tuvo que ser sedada, comenzaron finalmente a las tres de la tarde.

Pese a lo inaudito que puede parecer ver a una corza paseando por el centro de Avilés, los agentes de la Policía Local sostienen que no es la primera vez que esto ocurre en los últimos años. "Ya hemos tenido que acudir al colegio San Fernando en más de una ocasión por el avistamiento de corzos y hemos tenido varios casos de jabalíes por la zona urbana. Estamos rodeados de verde", apuntó un agente.

Después del rescate, "Rebeca" fue reintegrada al monte en algún punto indeterminado del entorno comarcal. Al guarda forestal al cargo de la zona le correspondió la tarea de determinar el sitio exacto donde soltar a la corza. En los concejos próximos a Avilés existen abundantes colonias de corzos, como por ejemplo en Illas y Castrillón, por lo que "Rebeca" no tardará en reencontrar a sus congéneres.