La inminente apertura de una asociación cannábica en el barrio de La Marzaniella, en Trasona, ha dividido a los vecinos entre los detractores y los que apoyan la iniciativa. "Yo tengo niños, no me parece bien que tengan la droga a la puerta de casa", afirma una de las residentes, mientras espera el autobús con su hijo en el carricoche. "Es algo legal, están en su derecho y lo que tienen que hacer es cumplir las normas", señala otro.

Que se cumplan las normas es precisamente una de las mayores preocupaciones de los que defienden que la asociación, una agrupación sin ánimo de lucro donde se consume marihuana compartida entre los socios, no abra las puertas de su local. "Se supone que van a fumar dentro, pero dudo mucho que eso se cumpla y al final estarán fumando en la puerta delante de todo el mundo", señala la mujer con su hijo. Eso sí, matiza uno de sus argumentos: "Los pequeños lo tendrán delante de casa y además permitido, aunque, en realidad, si no, lo tienes en todos lados".

Otro vecino, también detractor de la iniciativa, muestra sus dudas hacia cómo funciona una asociación de este tipo: "Si al final abre, tendremos que ver si cumplen con todo. Estaremos encima. La mayoría del barrio no estamos de acuerdo con que se abra. Entiendo, por ejemplo, el tema de la marihuana terapéutica, pero, ¿por qué tiene que ser aquí?".

La asociación de vecinos "La Paloma" promoverá una recogida de firmas para evitar la apertura del local. De hecho, los socios del colectivo ya han recibido una carta invitando a firmar, aunque el proceso comenzará más adelante. "Tenemos que revisar el texto y esperaremos a recoger las firmas después de la próxima asamblea, pero los vecinos ya nos han hecho saber que no queremos la asociación aquí", señalaron ayer desde la asociación.

Con todo, sí hay defensores del local entre los vecinos de La Marzaniella. "Es legal -insiste un vecino-, pero además es una forma de que esté regulado, controlado, para que la droga no esté en la calle".