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Los proteccionistas piden transformar Baterías en la "catedral" de la industria

"Queremos salvar la instalación para un museo del acero, el carbón, el cristal y el aluminio", indican El Club Popular de Cultura "Llaranes" apoya el plan

Los proteccionistas y defensores del patrimonio industrial han diseñado un plan para aprovechar los vestigios de la siderúrgica Ensidesa como museo de la industria. El cierre de las baterías de coque de Avilés el próximo año ha avivado el debate sobre el futuro de los terrenos que ocupa la instalación, donde está previsto liberar casi medio millón de metros cuadrados de superficie para que se asienten nuevas industrias y negocios empresariales. El grupo Monsacro, que coordinan Honorino Ruiz y Fernando Soler, plante transformar la coquería avilesina en "la catedral" de la industria. "Proponemos que la estructura de las baterías, que es una refinería de carbón, se salve y se musealice, un espacio que no hable solo del acero, sino también del cristal, del aluminio, del carbón, de las conservas, de la emigración", explicó ayer el avilesino Fernando Soler a este periódico.

Los proteccionistas, que van a compartir su proyecto en las redes sociales en busca de apoyos, sostienen que "Avilés está ante una oportunidad única que no se debe desaprovechar". "Los planes para el espacio donde se ubican las baterías de coque y el entorno del Niemeyer no deberían quedar limitados a una simple disponibilidad de suelo industrial sin otro valor añadido", prosiguen.

Lo que proponen no es un museo centrado en un único edificio, sino un gran espacio integrado por diferentes piezas y con un mismo hilo argumental: Avilés y la industria. En Monsacro, conciben el Centro Niemeyer como "la puerta" de la ciudad y el punto de la partida de un museo que "presente la villa, su industria, su historia". Plantean la recuperación de la chimenea del sínter (la "torre Gecko") como el nuevo faro del Puerto y mantener el edificio de Hornos de Fosa de Ensidesa como sede del museo, que albergaría la colección principal. Las baterías de coque serían "la catedral". "Es la instalación más amenazada o controvertida en estos momentos. En esta propuesta se conservarían en su conjunto gasómetros, torres y cintas de transporte incluidas, salvo instalaciones auxiliares que no aporten valor. Es importante no desmembrarlas, dejando un gasómetro suelto y 'un montón de chatarra a eliminar' como se ha llegado a decir", afirman los defensores del patrimonio industrial.

Los gasómetros

La alcaldesa, Mariví Monteserín, manifestó a principios de año a este periódico su interés en "indultar" los gasómetros y utilizar de mirador la chimenea del sínter, que con sus 106 metros de altura ha sido objeto en los últimos años de intervenciones artísticas ocasionales. Todo este gran espacio sobre la historia industrial se completaría con el "conjunto monumental" de Llaranes. El Club Popular Cultura del barrio manifestó ayer su apoyo a la propuesta de Monsacro. "Lo apoyamos totalmente", señaló el portavoz de este colectivo, Rubén Domínguez.

"Hace unos diez o doce años planteamos algo similar. Avilés, en lo que a la conservación del patrimonio industrial se refiere, siempre llega tarde y mal, como se ha visto recientemente con la marquesina (de la Rocica)", defienden los proteccionistas. Fernando Soler sostiene que "los avilesinos no son conscientes del valor de su patrimonio industrial". "Hay que ponerlo en valor, Avilés es una ciudad industrial desde hace más de cien años y parece que se avergüenza en lugar de poner en valor ese orgullo. Conservar esas instalaciones puede atraer valor, trabajo y dinero. Pretendemos que se abra un proceso de reflexión. No es cuestión de dinero, sino de creer en ello", concluyó.

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