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El comienzo de la ciudad "amuralada"

Ramón Rodríguez hizo hace 25 años la primera decoración de una pared con la obra "Centenario de las fiestas del Bollo", en Camposagrado

Ramón Rodríguez, ante el primer mural elaborado en Avilés, situado en la plaza de Camposagrado. RICARDO SOLÍS

El domingo 11 de abril de 1993, Avilés estrenó su primer mural, obra de Ramón Rodríguez, en la plaza de Camposagrado, junto a la sede de la Cámara de Comercio. Se trata de "Centenario de las fiestas del Bollo", que conmemoró los cien primeros años de vida de la celebración primaveral avilesina. "Fue idea de la entonces concejala de Cultura y actual alcaldesa, Mariví Monteserín, y recuerdo que tuvimos poquísimo tiempo para hacerlo, ni un mes", señala Rodríguez. Los azulejos que conforman el mural fueron cocidos en la fábrica de loza de San Claudio. Cada uno de ellos tiene una inscripción conmemorando el centenario que reza 1893-1993.

"Las fiestas del Bollo se hicieron para unir a todos los avilesinos, como decía Claudio Luanco, y yo quise hacer lo mismo con el mural, unir a los avilesinos y los que venían de fuera a trabajar a las industrias", destaca el artista. Por ello, incorporó cinco bollos de cuatro puntas que simbolizaban las principales fábricas locales: "Uno es de cerámica negra tradicional, otro de hierro fundido que hizo Ensidesa, otro de vidrio securit fundido que se creó en Cristalería Española, otro de zinc de la Asturiana y el último, de aluminio de Endasa".

Aquel domingo de El Bollo, el mural se inauguró momentos antes del desfile de carrozas y con la Banda de Música de Avilés. "A raíz de ese mural, se abrió la espita de otras obras de arte en varias zonas de Avilés", explica Rodríguez. Ese primer mural avilesino tiene una extensión de unos 30 metros cuadrados. "No es muy grande", indica su creador.

Un cuarto de siglo después, la ciudad cuenta con más de una decena de murales diseminados por diferentes zonas; el último, el de la plaza de Los Oficios, obra del artista cacereño Daniel Muñoz, "San". El Ayuntamiento quiere ampliar el número de intervenciones artísticas en Avilés en los próximos años y prevé que, al menos, haya una nueva pared con vida cada año. Lo explica el concejal de Promoción Económica y de Ciudad, Manuel Campa: "Planteamos la posibilidad de establecer incluso rutas turísticas y organizar actividades de arte efímero en la ciudad". De hecho, el Consistorio está buscando nuevos emplazamientos para ser decorados en próximas fechas y "dar más vida" a las calles de la tercera ciudad asturiana.

Cuando, en 1993, Ramón Rodríguez recibió el encargo de la concejala de Cultura lo hizo "encantado". Por un lado, la pared en la que se instaló "Centenario de las fiestas de El Bollo", requería "un adecentamiento porque estaba cochambrosa". "La obra va dedicada a Claudio Luanco, al fundador de la fiesta con un pequeño texto que redactó el entonces cronista oficial, Justo Ureña", señala Rodríguez. Y defiende que la pieza también sirvió para dar más prestigio a la escuela de cerámica, "que siempre estuvo dispuesta a colaborar en todo".

"Centenario de las fiestas del Bollo" cumplió el pasado jueves sus primeros 25 años y, según su autor, "ha envejecido muy bien". "Salvo la malas hierbas y algún perdigonazo, se mantiene bien. Se concibió para ese fin, para que fuera fácil de mantener", señala el artista que, cuatro años más tarde, en 1997, creó "Homenaje a Carreño Miranda", al lado de la estatua de Eugenia Martínez Vallejo "La Monstrua", del artista Amado Heva, "Favila". "Antes 'La Monstrua' estaba un poco desprotegida", dice. Ese mural, como el de Camposagrado, también está hecho con serigrafía sobre cerámica de loza de San Claudio.

Rodríguez ha diseñado otras obras en Avilés y no solo murales. También es el creador de "Crisol", que luce en la rotonda de la plaza de Los Oficios. "Esa obra no es una escultura, es un conjunto ornamental con siete jalones, que muestran las seis calles que confluyen en esa glorieta y uno central en blanco y azul que simboliza Avilés", concluye el artista, que hace 25 años abrió la puerta a la "ciudad amuralada" de Avilés.

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