La Plaza (Teverga),

V. DíAZ PEÑAS

Que la colegiata es el templo más importante del concejo de Teverga es algo que casi todo el mundo admite. Sin embargo, son muchos los que aún no conocen las joyas de esta iglesia, que se caracteriza por ejemplificar el paso del prerrománico al románico. Junto a una talla románica, las naves y los capiteles, el templo tevergano atesora, además, varias «joyas», como dos momias, un trozo de Lignum Crucis y una capa bordada en oro y plata. Éstos y otros tantos elementos se encuentran a la espera de que se inicien las obras de mejora del templo, que comprenderán la actuación en el claustro y la creación de un museo donde quedarán expuestas al público. Hasta entonces, permanecerán en la recámara del templo, en la sacristía.

Como explicó ayer el párroco del concejo, Alfonso Abel Vázquez, esta situación es como tener un tesoro escondido. «Da pena que todos estos elementos estén abandonados. Hay que desempolvarlos y colocarlos en un lugar donde la gente pueda disfrutar de ellos, no como ahora, que están en la pequeña sacristía que hace las veces de museo», explicó el sacerdote. El proyecto para construir el museo ya está en marcha, pero, como lamenta el sacerdote, aún no hay fechas ni plazos para unas obras muy necesarias, sobre todo, porque el claustro anexo al templo se mantiene en pie casi de milagro.

Quizá porque la actuación, comprometida hace meses por el Ministerio de Vivienda, es vital para el futuro del templo, el párroco tevergano exigió que toda la inversión se destine a estos menesteres. «Sólo pido que el dinero se aproveche para reparar el claustro y el templo y que no se pierda por otro lado. Espero que se haga bien y que la tramitación de las licencias no suponga una merma en la inversión», argumentó Alfonso Abel Vázquez.

El párroco no oculta su alegría por la actuación prevista, pero critica, por otro lado, que en el entorno de la colegiata se estén permitiendo actuaciones que nada tienen que ver con el entorno románico característico de la zona. «Me parece estupendo que con las obras de la colegiata se quiera potenciar el románico, pero no comparto que este aspecto se rompa con otras obras anexas como el muro de hormigón y la plancha de acero que hay en La Plaza». Y es que, a juicio del cura tevergano, no todas las cosas se están haciendo bien.

Vázquez valoró que ni el Consistorio municipal ni la Consejería de Cultura están demostrando su interés por el patrimonio del concejo. «Parece que ni a la Alcaldesa ni al director de Patrimonio les importan las joyas culturales del concejo. Puede que, de cara a la galería, hagan pensar lo contrario, pero si nos remitimos a los hechos, aún desconocemos qué sucederá, por ejemplo, con la iglesia de Villanueva», matizó.

Ahora sólo queda esperar a que los trámites sigan su curso. El claustro ha soportado otro duro invierno tevergano y las joyas de la colegiata siguen a buen recaudo en la sacristía.

Y otro deseo de Alfonso Abel Vázquez: que la situación no se demore más.