Mieres del Camino,

D. MONTAñÉS

Un matrimonio de Mieres y su hijo de 32 años fueron ingresados la noche del pasado jueves en el Hospital Álvarez-Buylla tras sufrir una intoxicación, a causa de una fuga de gas, en su domicilio del barrio de Alperi, en las proximidades de La Peña. Según todos los indicios, la mala combustión de un calentador fue el detonante del incidente, que a punto estuvo de acabar en tragedia, ya que la suerte jugó en este caso en favor de la familia afectada. Fue el hijo quien, tras dar un paseo después de cenar, regresó a su casa y se encontró a sus padres aturdidos. Tuvo tiempo de abrir las ventanas y avisar al 112 antes de empezar él a sentir los mismos síntomas. El joven fue ayer dado de alta, mientras que E. M. M., de 77 años, y su esposa, O. M. F., de 73, fueron trasladados la madrugada de ayer al Hospital Universitario de Valdecilla (Santander) para ser tratados en la cámara hiperbárica del complejo sanitario. En principio, según las fuentes consultadas, su vida no corre peligro.

El centro de coordinación de emergencias del 112-Asturias recibió el aviso poco antes de las diez de la noche. Fue el hijo que reside con el matrimonio, N. M. M., quien dio la alerta. El joven ya se encontraba ayer al mediodía en su vivienda recuperándose, más que nada del terrible susto de la noche anterior. Según explicó él mismo a este diario, tras llegar del trabajó cenó a una hora temprana con sus padres y, posteriormente, decidió salir a dar una vuelta. «Salí para estirar un poco las piernas y tomar una cerveza, pero regresé de inmediato. Como mucho pasó una hora». De vuelta en su vivienda, un bajo situado en un edificio de tres plantas, se encontró a sus padres muy aturdidos. De hecho, su madre, al encontrase mareada, se había acostado y su padre estaba algo desconcertado. No obstante, el progenitor tuvo un destello de lucidez y le comentó a su hijo que algo debía pasar con el calentador, ya que el techo estaba oscurecido, como quemado. «Entré en la cocina y vi que era cierto que la zona estaba ennegrecida, pero no olía a nada y todo parecía normal», explica N. M. M. Cuando se volvió hacia su padre, éste se había desplomado: «Reaccioné de inmediato, abrir las ventanas y levanté como pude a mi madre». A continuación, llamó al 112. «En cinco minutos estaban en casa los bomberos y para entonces yo ya me sentía también algo mareado y con ganas de vomitar».

Los bomberos del parque de Mieres, tras realizar las oportunas mediciones, detectaron que había una alta concentración de monóxido de carbono debido a la mala combustión del citado calentador. Tras evacuar a los afectados para ser atendidos por los servicios sanitarios, los efectivos procedieron a ventilar la vivienda.