Turón (Mieres),

C. M. BASTEIRO

La farmacéutica Diasa Pharma, con sede en el polígono mierense de La Cuadriella, ya no tiene trabajadores. El juzgado ha autorizado la extinción de los contratos del personal que quedaba en la planta de esta empresa participada por Hunosa. Los administradores concursales siguen adelante con los trámites de la liquidación de la firma al mismo tiempo que negocian con posibles compradores interesados en reflotar la planta.

La extinción colectiva de contratos afectó a más de treinta trabajadores que permanecieron hasta el último momento en Diasa. La planta mierense llegó a tener una plantilla de ochenta trabajadores, que se fueron poco a poco desvinculando de la farmacéutica desde el inicio del conflicto, en enero de 2009. Por aquel entonces, los trabajadores denunciaron que no habían recibido su nómina y el accionista mayoritario de la empresa, Manuel Adenso, señaló que se trataba de un problema puntual con su socio en el proyecto, Sadim, filial de Hunosa. Se destaparon entonces los problemas de liquidez de la empresa, se sucedieron los expedientes de regulación de empleo y se abrió un proceso concursal que ha llevado a la extinción de todos los contratos y que va camino de la liquidación.

Sin embargo, los sindicatos aún ven una posible solución. El secretario general de Fiteqa-CC OO, José Luis Montes, explicó ayer que el futuro de Diasa «aún no se ha decidido». La planta dejó de funcionar como farmacéutica hace ya dos meses, pero hay empresas que han mostrado interés por hacerse con las instalaciones para reflotar la actividad.

Montes explicó que «los administradores concursales siguen trabajando y aún puede haber sorpresas». Al menos hay dos posibles compradores interesados en la planta , un grupo farmacéutico con presencia en Asturias y una empresa extranjera. Por el momento, ninguna de las ofertas ha cuajado y la planta continúa en su proceso de liquidación. Los administradores concursales de Diasa comenzaron a hacerse cargo de la empresa farmacéutica en octubre de 2009, tras 9 meses de conflicto entre los propietarios y los empleados, que pidieron la implicación de Hunosa y del Principado de Asturias. La planta siguió funcionando, pero con menos de una veintena de trabajadores que se encargaron de preparar los últimos pedidos y del mantenimiento de la factoría. Mientras tanto, otros 15 trabajadores estuvieron afectados hasta finales del pasado mes de noviembre por un ERE.

Los empleados recibieron la noticia del fin de su contrato con Diasa con cierta sensación de «alivio». «Estábamos en un sin vivir, siempre esperando a saber noticias», señalaron ayer fuentes de la plantilla, que apuntaron que no recibieron explicaciones por parte de los administradores concursales ni promesas respecto a una posible reincorporación en el caso de que los administradores lleguen a un acuerdo con un comprador.

De llevarse a cabo la venta, el propietario deberá invertir «al menos tres millones de euros» para reflotar la planta, según explicaron fuentes al corriente de la situación de la planta.