Santo Adriano,

V. DÍAZ PEÑAS

La colonia de buitre leonado de los valles del Trubia sigue prosperando por quinto año consecutivo. Así lo demuestran los datos recabados por el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) durante el pasado año, entre los cuales destaca el aumento en el número de pollos que lograron sobrevivir. Un total de 23 pollos consiguieron salir del nido en lo que supone la mayor cifra después de varios años de trabajos y seguimientos. El dato es significativo, ya que no hace mucho tiempo, concretamente en 2004, únicamente lograron volar cuatro pollos. En cuatro años, el éxito reproductor de la especie se ha cuadruplicado.

El FAPAS lleva más de diez años trabajando con los buitres de la comarca. Se encarga de vigilar los nidos ocupados, de seguir los movimientos de las aves y de comprobar el número de pollos que nacen y, posteriormente, los que logran volar. Luis García, miembro del Fondo, encargado de supervisar la colonia de buitres de los valles del Trubia, considera que los datos del año pasado permiten aseverar que la especie se ha consolidado en la zona. Los trabajos van dando sus frutos.

Los datos de 2009 son muy alentadores para el futuro de la especie, más aún cuando hace poco más de diez años el buitre leonado estuvo a punto de desaparecer de la zona. «La población de buitres en la comarca está consolidada. En la actualidad estaríamos hablando de unos 70 ejemplares. Aun así, lo más reseñable es el aumento en el índice de supervivencia de las crías. Cada año aumenta el número de pollos de buitre que logran salir del nido, algo que, sin duda, augura un buen futuro para una especie que estuvo a punto de desaparecer en la zona», concretó García.

El número de pollos que logró sobrevivir y volar del nido aumentó de manera significativa durante los últimos años. En 2004, cuando se comenzó a recabar información, se contabilizaron solamente cuatro pollos. En 2006, su número llegó a 14 y, en 2007, subió a 19 ejemplares. En 2008 se localizaron 15 pollos crecidos. Desde que el FAPAS registra la población y la descendencia de los buitres nunca se había contabilizado un número de pollos supervivientes tan elevado como el del año pasado.

También cabe destacar el número de nidos ocupados que se han logrado localizar gracias al trabajo de campo de los miembros del FAPAS. Si en 2004 había diez nidos ocupados, en 2009 se detectaron hasta 27, un aumento significativo que también viene a dar por buena la tesis de que el buitre leonado está consolidado en la comarca. En este sentido, el FAPAS destaca que el número de nidos ocupados es el mayor de los últimos años.

Luis García explica que la evolución favorable de la población de buitre leonado se debe, en gran parte, a la puesta en marcha de un comedero en Santo Adriano hace unos años. Este comedero, asegura, ha servido para afianzar a una colonia cada vez más numerosa. «Hemos observado que, antes de contar con el comedero, el índice de supervivencia de los pollos era menor. Con esta instalación estamos garantizando la alimentación de la colonia, más aún después de que se prohibiese dejar animales muertos en el monte a causa de las epidemias. Gracias al comedero, los buitres tienen sustento para sacar adelante sus polluelos. Sin esta ayuda, los buitres lo tenían complicado para encontrar carroña. Los datos así lo constatan», puntualizó el miembro del FAPAS.

El comedero de buitres ubicado en Los Navaliegos, en el concejo de Santo Adriano, comenzó a funcionar en el año 2004. A partir de esa fecha, el Fondo complementa la dieta de las carroñeras de la comarca con desechos provenientes de mataderos asturianos. Allí también se depositan animales atropellados e incluso ejemplares abatidos durante cacerías que lleva a cabo el Principado. El año pasado, el FAPAS llevó hasta Los Navaliegos cerca de ocho toneladas de carne para los buitres.

Aparte del comedero de buitres, el FAPAS lleva a cabo otras iniciativas que buscan aumentar y consolidar la colonia de buitres en la zona. Entre todas ellas destaca el control de usos de veneno (una práctica ilegal que ha repuntado en los últimos años), la divulgación sobre la especie (que desempeña un importante papel ecológico como sanitaria de los montes) y el marcaje de varios ejemplares para poder controlar sus movimientos y conocer su radio de acción. Esta última medida ha servido para saber por dónde se mueven los buitres de la comarca. En todo caso, el FAPAS pide la colaboración de los vecinos para efectuar un seguimiento más exhaustivo de las carroñeras de los valles del Trubia. Así, con la colaboración de todos, posiblemente consigan más datos e información acerca de una colonia que vuela cada vez más alto.