Poco más de un mes ha llevado a los trabajadores de la empresa carreñense Castroagudín Canteros completar el desmontaje de la capilla renacentista de San Antonio, asentada sobre un cabo con continuos desprendimientos que amenazaban su integridad. Ahora, las más de cien piezas de interés histórico que conformaban el esqueleto fundamental del templo reposan «empapeladas y paletizadas» en la nave de la propia empresa en Piedeloro, según explicó ayer el alcalde de Carreño, Ángel Riego.

Esas piezas, que en 2015 cumplirán 400 años de antigüedad, deberán esperar a que se tramite la segunda fase del plan de «salvamento» de la ermita, que consistirá en el montaje del templo en un eucaliptal cercano. Algo para lo que aún habrá que esperar. «Habrá que esperar a un nuevo presupuesto, correspondiente a 2011, porque en el prorrogado del año anterior no lo teníamos contemplado», apunta sobre la reconstrucción el alcalde de Carreño, Ángel Riego. Eso sí, «será una de las primeras cosas que se pondrán sobre la mesa cuando se negocie ese presupuesto», algo que se prevé para el próximo otoño.

Mientras tanto, hay algunos pasos que ya se han dado. Cuando se hizo el proyecto de desmontaje, a cargo de los especialistas ovetenses en la materia Arquitectos Cosme Cuenca y Jorge Hevia, se tuvo que hacer una nueva documentación técnica sobre la construcción, en una de las labores que más tiempo llevó. «Ahora contamos con toda esa documentación, que es válida también para el proyecto de ejecución que habrá que hacer como paso primero para la reconstrucción del templo», apuntó Riego. Es por eso que ese proyecto de ejecución se encargará a la misma firma, por su conocimiento sobre la materia y el buen trabajo desarrollado con el desmontaje.

Sin embargo, «las obras deberán salir a licitación siguiendo un procedimiento ordinario», explica Riego, a diferencia de las de desmontaje, que al salir por contratación urgente permitieron la elección de una empresa sin necesidad de concurso. Entonces se consultó a varias firmas para determinar su capacidad en este tipo de obras y se eligió a Castroagudín Canteros entre un grupo muy selecto.

Ahora, sobre la explanada que antes ocupaba la capilla ya sólo queda el suelo de la misma, que se mantendrá, inicialmente al menos. Después se decidirá si se señala la ubicación del templo con algún letrero y se completará el vallado en la zona, para evitar la circulación de las personas por la zona más cercana al acantilado.

Una vez se destine una partida presupuestaria para la reconstrucción de San Antonio, la obra se llevará a cabo en una nueva ubicación, a escasos metros de donde estaba hasta ahora, pero en medio de un eucaliptal y más alejada del acantilado que ha obligado a su traslado.