Los propietarios de la finca de La Rebollada investigada por una comisión municipal y por la fiscalía de medio ambiente por haber acogido durante doce años un vertedero ilegal de escombros y residuos de diversa naturaleza aseguran que no tenían conocimiento de la situación. «Mi madre padece desde hace años esclerosis múltiple, está en una silla de ruedas y, por tanto, no podía ver lo que estaba pasando», precisa su hijo, que asegura que en aquellos años se encontraba fuera de Asturias por motivos laborales. Además, insiste en que la familia jamás se lucró con dicha actividad: «Nosotros no hemos ganado nada con ello. Al contrario, sólo nos ha dado disgustos, ya que a mi madre le ha afectado mucho la noticia».

El supuesto vertedero ilegal de Guimarán, ahora en el punto de mira en Carreño, comenzó su actividad en 1999, según consta en los expedientes abiertos por el Ayuntamiento de Carreño. «Ese año vino un vecino a preguntarme si podía echar tierra en mi finca con el fin de mejorar las condiciones del terreno, ya que aquello era una vaguada. Y yo le di mi consentimiento», explica la propietaria de la finca. Sin embargo, lo que en un principio iba a ser un terreno destinado al vertido exclusivo de tierras se transformó, según detallan los expedientes, en un auténtico vertedero en el cual se depositaban todo tipo de basuras y escombros. De hecho, según consta en los once informes del Ayuntamiento, en doce años se llegaron a acumular 50.000 metros cúbicos de materiales ilegales. Y eso en un suelo calificado como de especial protección.

«Los vecinos empezaron a comentar que en nuestra finca estaban echando escombros y residuos, y que nuestro arrendatario estaba ganando dinero por ello, así que le llamé, pero él me negó los hechos», señala el hijo de la propietaria. Aseguran que el terreno tenía un responsable que era el arrendatario, vecino de Guimarán, pero luego aparte había un ejecutor, ya fallecido, que es el que se cree que cometió las irregularidades.

No obstante, los dueños del terreno afirman que ellos nunca vieron arrojar basura a su finca. «Sí que vi diferentes tipos de tierra, ya que no toda era vegetal, pero, ahora bien, si tiraban otro tipo de cosas lo desconozco; yo nunca vi nada», comenta el hijo, aunque no descarta que en el caso de que fueran depositados otros materiales hubieran sido tapados en su momento por el ejecutor de los trabajos, ya que disponía de una pala. Lo que sí garantizan es que ellos nunca permitieron tirar en su parcela otra cosa que no fuese tierra.

Ahora, ante la noticia sobre la comisión que investiga el vertedero ilegal, los dueños del terreno ya han remitido sus correspondientes alegaciones al Ayuntamiento de Carreño, donde expresan todo lo apuntado en las líneas anteriores.

Por su parte, el resto de vecinos de Guimarán dicen no entender por qué sale ahora el asunto del vertedero cuando ya han pasado varios años desde el cese de su actividad. No obstante, reconocen que sí se tenía conocimiento de la existencia de un vertedero en La Rebollada. En la actualidad, esa supuesta escombrera se encuentra sin actividad cubierta por una capa de hierba y alguna plantación de pequeños eucaliptos.