"Soy un fijo de la bendición de Güevos Pintos. Por muy apretada que tenga la agenda siempre busco la manera para no perdérmelo. Ahora ha tomado un tono más reivindicativo y personalmente me gustaba más antes, cuando servía para recordar los hechos de todo el año tanto buenos como malos, dándole las gracias a Dios. Lo que más me gusta de la fiesta es que el huevo significa el Cristo Resucitado. No obstante, también me encanta el hecho de que sirve para reunir a todos los polesos y de otras parroquias. Es un motivo perfecto para disfrutar de un día de unión. Ojalá cada vez sea más gente la que se vista con los trajes tradicionales y espero que el bable se mantenga en la bendición porque es un guiño a lo asturiano".