La imaginación de los niños les permite soñar y convertirse en turistas en su propia ciudad; es más, así se denomina el taller que comenzó ayer en el Museo Antón y que permanecerá activo hasta finales de agosto. Los pequeños localizaron su casa en un plano de Candás, colocaron una pegatina en las calles y comenzaron a pensar en planes para redescubrir la villa en la que viven. Y no quedándose solo con "las imágenes típicas", como expresó la monitora Carla Spaggiari, sino también con los detalles que se hallan en un simple paseo. "Tenemos que conocer dónde estamos", expresó uno de los pequeños, al tiempo que Spaggiari mostraba con imágenes mil y un maneras de "mejorar los espacios con arte". Puso como ejemplo un agujero en una acera que había sido pintado y decorado.

La monitora también animó a los pequeños a expresar en papeles buenos deseos para que el resto de viandantes se encuentre con sorpresas en su camino. Lo hizo mostrando una pequeña bolsa con mensajes del tipo: "Hoy va a ser un buen día". Los pequeños también propusieron los suyos, como "Sé feliz" y "Sonríe", entre una larga lista.

Al mismo tiempo, participantes como Hugo Mori, Elsa Rodríguez, Cola y Losha Ajarque, inquietos, decoraban la portada de una libreta en la que deberán escribir en días sucesivos lo que más y lo que menos les gusta de Candás. Carla González prefirió dibujar una niña en la portada, presumiblemente ella misma. "Y mañana -por hoy- nos iremos de safari por las calles de Candás", expresa Carla Spaggiari, ante la atenta mirada de Nilo García y Sául Martínez, que aún tenía pendiente decorar su libreta. En la sesión de hoy, los pequeños portarán una serie de marcos de papel para enmarcar sus rincones favoritos de Candás y también aquellos que consideran mejorables o sustituibles.