Alfredo Menéndez pidió un último deseo: proteger los murales que pintó en la fachada de Albo con fotocerámica y, si fuera posible, utilizarlos como decoración de los muros de la escalinata que comunica la iglesia de San Félix de Candás con el centro polivalente de La Baragaña. La alcaldesa de Carreño, Amelia Fernández, tomó nota del sueño del artista candasín recientemente fallecido y ya se ha puesto manos a la obra para convertirlo en realidad. La regidora dejó claro que hará todo lo posible, pero previamente, reconoce, es conveniente analizar la viabilidad técnica del proyecto antes de ejecutar los planes que tenía en mente el muralista candasín.
Para ello, los trabajadores municipales han comenzado a medir ya las dimensiones de los dos murales con el fin de poder hacerlos a escala con la técnica de fotocerámica, la misma que se aplicó al mural de La Salve Marinera en 2013 y que ambienta El Paseín, en plena calle Braulio Busto, también obra de Alfredo Menéndez. La idea de utilizar la fotocerámica con los murales de Albo busca garantizar el mantenimiento de aquel encargo que el Ayuntamiento hizo al artista en 1985 para continuar así con el desarrollo del Museo al aire libre de Candás.
Alfredo Menéndez trasladó ese deseo a Amelia Fernández hace varias semanas, cuando la regidora le visitó en el hospital Monte Naranco para entregarle la distinción de hijo predilecto de Carreño. "Se sintió muy agradecido", expresa la alcaldesa.
La intención del gobierno local es incorporar una partida de cara al próximo presupuesto "para que se contemple el deseo de Alfredo Menéndez de ver reproducido su mural", señala la regidora. Pero previamente, Amelia Fernández quiere tenerlo todo perfilado y acordado con los hijos del artista fallecido para concretar así los bocetos necesarios para la reproducción del mural en el entorno del lugar propuesto. "A tal fin, también se solicitará la colaboración de la parroquia de San Félix de Candás, dado que el espacio propuesto tiene incidencia en sus propiedades", apuntó.
La idea de Alfredo Menéndez de colocar sus murales con fotocerámica en las escalinatas próximas a la iglesia no es baladí. Es más, ese acceso al templo ya se puede apreciar en una de las dos piezas artísticas que se pueden ver a día de hoy en la fachada de la extinta fábrica de Albo. En esa imagen, se aprecia a un grupo de mujeres sentadas en la plaza de La Baragaña, un hombre escanciando una sidra y demás personajes del Candás de toda la vida. Al otro lado de ese mural, se halla una reproducción de La Salve marinera con la Virgen enlutada y banda de música incluida. En la otra pintura, hay una escena vinculada a la industria conservera, a aquellos mujeres y hombres que trabajaban en las fábricas, como le ocurrió a Alfredo Menéndez, que pasó años en la desaparecida Portané.
