Destrozada. Rota de dolor. Así llegó la madre de David Manuel Peruyero Rivera a la iglesia parroquial de San Cosme de Bobes (Siero) para despedir a su hijo, fallecido el viernes en un fatal accidente de tráfico. El joven, de 33 años y natural de Bobes, volvía con su moto de Lugones en dirección hacia la Pola, donde vivía, y al adelantar chocó lateralmente con un vehículo al girar éste hacia la izquierda, a la altura de Viella. No pudo esquivarlo y salió despedido golpeándose también contra un muro. Como consecuencia del impacto, murió en el acto.

Fueron muchos los amigos y allegados que ayer por la tarde quisieron arropar a la familia de "Peru", como le conocían los suyos, principalmente a sus padres, Manuel Mariano Peruyero Chamorro y María Elena Rivera Gómez, así como a su hermana, Tamara Peruyero Rivera.

Su abuelo, Manuel Peruyero, no podía ni articular palabra y sólo era capaz de reconocer que éste es un "golpe duro". Su pareja, Joaquina Pérez, asentía y trataba de poner voz a sus sentimientos: "es un golpe muy duro. Para superarlo, no sé...". Para Luis Manuel Isla, el hijo de esta última, era "Davicín". Le recuerda como "una bella persona y no había nada malo que decir de él". Ambos le definen como "servicial, cariñoso, voluntarioso, amigo de sus amigos...". Era un amante de las motos, "el único vicio que tenía", reconoce Joaquina Pérez.

"Era muy bueno, demasiado". Son las pocas palabras que podía pronunciar ayer, en el exterior de la iglesia, su primo Guillermo Sierra Peruyero, con los recuerdos frescos de los buenos momentos que compartieron juntos. "Se echará en falta", reconoce, al tiempo que también destaca de él que era "trabajador y voluntarioso". David trabajaba en una empresa de tapizados.

Gerardo Sierra es vecino de Lugones y aunque le conocía menos, subraya que era "muy buen chaval", por lo que esta pérdida tan repentina es una "pena grande". El párroco, José Luis Fernández Polvorosa, trató de aplacar tanto dolor, una difícil misión. "Tenemos que hacer todo los posible para hacer uso del regalo que Dios nos dio", que fue conocer a David Peruyero, apuntó el sacerdote. "Puede ayudar a superar este doloroso momento", confía, pues "esa fe nos da un brillo de esperanza".