Unión Minera del Norte S.A. (Uminsa) ya desmantela las instalaciones del Grupo Brañuelas, las antiguas Antracitas de Brañuelas, un pozo minero ubicado en el concejo leonés de Torre del Bierzo. Se trata del primer cierre de pozo que efectúa el grupo empresarial minero liderado por Victorino Alonso con motivo de la nueva normativa de la Unión Europea, que reduce progresivamente las ayudas al sector carbonero hasta 2018, cuando todas las explotaciones no rentables deberán cerrar. Los 90 trabajadores con los que cuenta la mina serán trasladados a las explotaciones de Santa Cruz y Salgueiro.

Desde Uminsa se explicó que el cierre de Antracitas de Brañuelas lleva programado desde hace dos años, antes incluso de que se aprobase la nueva normativa europea porque «se trata de un grupo con un mantenimiento muy complicado y con un coste muy alto». Por este motivo, hace ya cinco meses se llegó a un acuerdo con el comité de empresa de la explotación para que en el cierre de la mina no supusiese el despido de ningún trabajador. «La mitad de la plantilla», 45 personas, se trasladará «al grupo de Salgueiro, y la otra mitad, a Santa Cruz», en Toreno. El traslado definitivo de estos trabajadores se hará efectivo, como muy tarde, el día 26 de junio.

Uminsa enmarca el cierre de esta explotación dentro de la crisis que vivieron las empresas privadas del carbón por el retraso en la aplicación del real decreto de ayudas a la quema de mineral nacional. «La crisis vivida en el sector ha hecho que sea importante aliviar la situación financiera de las empresas. Donde los costes se hacían inviables se ha decidido cerrar, y este es uno de esos casos», explicaron fuentes del Grupo Alonso. Desde la compañía se apuntó que previamente se había estudiado la posibilidad de llevar a cabo una serie de inversiones en Antracitas de Brañuelas, pero esta opción se descartó porque «la inversión no iba a poder recuperarse», algo que sí ocurrirá en las dos minas donde se va a trasladar la plantilla, Santa Cruz y Salgueiro.

Los trabajadores de Antracitas de Brañuelas, según se señaló desde el Grupo Alonso, han sido de los pocos de la empresa que en los últimos meses no se han visto afectados por la crisis económica y los expedientes de regulación de empleo puestos en marcha por la dirección de la compañía. Los mineros de esta explotación berciana llevan varios meses «desmantelando el grupo» para trasladar todos los materiales aprovechables a otras minas de Uminsa. Por este motivo «no se les ha aplicado ningún tipo de ERE temporal, como sí ha ocurrido en otras explotaciones», señalaron desde el Grupo Alonso.

El cierre de Antracitas de Brañuelas se enmarca además en la política de la empresa de ir centrando su actividad «en los grupos de producción que son realmente eficientes y rentables», para de esta forma «poder sacar provecho a los ocho años de actividad en la minería que restan. Además, no es un cierre traumático, porque no supone la pérdida de ningún puesto de trabajo». Antracitas de Brañuelas se integró dentro del conglomerado minero dirigido por el empresario Victorino Alonso en el año 1995. La mina que se va a cerrar definitivamente a lo largo de este mes de junio está a punto de cumplir un siglo de historia, ya que comenzó con su actividad el 20 de julio de 1911. En 1983 la empresa estaba mecanizada, y tres años después se invirtieron en ella 300 millones de pesetas para que se abrieran nuevas galerías. En esta época llegó a tener 285 trabajadores y a sacar 80.000 toneladas de carbón al año.