Langreo / Mieres,

Pablo CASTAÑO

El parador de Brañagallones, que lleva más de dos años cerrado y que actualmente sólo es habitado por las abejas que se cuelan por las ventanas, es uno de los emblemas del despilfarro de fondos públicos en las Cuencas. El Principado rehabilitó el edificio varias veces, la última con más de 1,1 millones de euros, pero apenas ha funcionado por problemas de gestión y mantenimiento. El caso del hotel de montaña del parque natural de Redes no es único en los valles mineros. Otros cinco alojamientos financiados con fondos públicos permanecen clausurados. Los ayuntamientos quisieron convertirse en promotores hoteleros con el sueño de atraer turistas y ahora lo que tienen son edificios vacíos.

El hotel del Angliru, en Riosa, aspiraba a ser un emblemático alojamiento de montaña, como el parador de Brañagallones, y cada vez se parece más a este último por la falta de uso. El Ayuntamiento de Riosa quería aprovechar el tirón del Angliru como cima del deporte del ciclismo y puso en marcha el proyecto Angliru Base con fondos mineros, que incluía un hotel de montaña, un museo de la bicicleta y sendas para paseantes y ciclistas en la falda de la montaña. Las obras comenzaron con el hotel. La primera piedra se colocó hace seis años y todavía no ha abierto sus puertas. En una primera fase se invirtieron 300.000 euros y posteriormente otros 500.000. Las obras sufrieron varios retrasos y el edificio no se dio por concluido hasta principios de este año. Con los recortes, el grifo de los fondos mineros se ha cerrado y ahora no hay financiación para completar el proyecto Angliru Base. El museo de la bicicleta ha quedado paralizado y el hotel aún no ha podido abrir sus puertas porque carece de servicios básicos como traída de agua y luz. Además, aún está pendiente la fórmula de gestión del inmueble.

El vecino concejo de Morcín sí decidió como se iba a gestionar El Caserón de La Piñera, mediante una concesión a una empresa, pero el problema es que ninguna se presentó al concurso. El Ayuntamiento gastó cerca de 200.000 euros del plan anticrisis en completar la restauración del viejo caserón de la localidad de La Piñera para convertirlo en hotel rural. Una vez concluidas las obras, el Ayuntamiento sacó a concurso las instalaciones, que están sin equipar, y ninguna empresa pujó por ellas.

Tampoco recibió ofertas el Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio por el albergue de El Florán en los dos concursos que abrió en los últimos meses. El albergue, que tiene una capacidad de 90 plazas, fue sometido a una reforma integral que finalizó en mayo del pasado año. Los trabajos en el edificio fueron financiados con 91.520 euros del Plan de Cooperación Local de la Consejería de Administraciones Públicas. La actuación se centró en el acondicionamiento de las instalaciones, la mejora de los accesos, la ampliación de la recepción y la instalación de nuevos aseos. También se remodelaron las habitaciones y se habilitó un mayor número de dependencias dobles y triples que permanecen vacías.

Los otros dos alojamientos cerrados están vinculados a proyectos de recuperación y puesta en valor de patrimonio industrial de las comarcas mineras. El Ayuntamiento de Riosa, con fondos del plan de la minería y del Principado y con una escuela taller de Fucomi, rehabilitó parte de las ruinas de la mina de cobre de Texeo y del poblado de Rioseco. Se invirtió cerca de un millón de euros y se acondicionaron cuatro pabellones que iban a convertirse en apartamentos turísticos. Pero son necesarios más fondos mineros para completarse el proyecto (cerca de 300.000 euros) y los edificios permanecen cerrados. En la misma situación están los apartamentos turísticos habilitados en las instalaciones del pozo San Luis de La Nueva, en Langreo. Dentro del proyecto del ecomuseo minero del valle del Samuño, una escuela taller de Fucomi convirtió el botiquín, el taller de carpintería y el comedor de los ingenieros del antiguo pozo San Luis en cuatro apartamentos turísticos y un restaurante. Las obras concluyeron en 2004 y los alojamientos permanecen cerrados a la espera de que se complete el proyecto del ecomuseo del valle Samuño, que tiene al tren turístico minero como principal atractivo. El ferrocarril, ya concluido, tampoco acaba de arrancar.