Mieres del Camino,

J. A. GAYOL

El escritor Alejandro M. Gallo presentó en la librería La Pilarica de Mieres su última novela «Morir bajo dos banderas». Un acto enmarcado en los actos del Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas y que fue presentado por Jesús Fernández, director de la revista «Biblioasturias», con quien el escritor mantuvo una animada conversación.

El libro gira en torno a la denominada «Unidad Nueve», comando de republicanos españoles que ocupó un lugar de privilegio a la entrada del general LeClerc en París. Este grupo batallón desde Normandía a París en misiones de alto riesgo. De hecho, se definía como comando de «grado 0», teniendo en cuenta que la gradación iba en relación a las posibilidades de supervivencia en las misiones. «Me hice dos preguntas que se convirtieron en una novela de setecientas paginas: Cómo llegaron esos soldados a Normandía y si acabó todo en París», explicó el escritor, quien señaló que, «cuando voy hacia atrás, la historia me llevó a Alicante, a la infantería de Marina de la II República, cuyas fuerzas, a 1 de abril de 1939, estaban intactas. El almirante Buiza, que comandaba estas tropas, atracó en Orán y entregó todas las fuerzas militares a Francia, que era una democracia, y muchos de aquellos soldados se alistaron en la Legión francesa».

También relató Alejandro M. Gallo cuál fue decepción de los republicanos españoles al descubrir que, después de acabar con Hitler, «los aliados no invadieron España para terminar con el régimen de Franco». Esa frustración condicionó, tal y como señaló el escritor, que algunos soldados fueron obligados a luchar en Indochina, mientras que otros fueron por propia voluntad para liberar aquella zona de soldados japoneses. «El caso es que, cuando los franceses ocupan Indochina, lo hacen con ánimo de convertirla en colonia, y por ello los republicanos españoles se pasan al Vietcong», apuntó M. Gallo, quien añadió que, «lo sorprendente fue que, cuando los norteamericanos llegan a Vietnam en 1969, frente a ellos aún había soldados republicanos españoles».

También hizo alusión el escritor a la División Azul, una columna franquista. «Muchos de los soldados de aquellos contingentes que se mandaron a Rusia estaban compuestos por republicanos enrolados a la fuerza que, además iban con la idea de desertar a la primera oportunidad», dijo el escritor, que también se refirió al regreso de estas fuerzas a España, «porque Franco no quiere saber nada de la Falange ni de Hitler, y cuando los contingentes de la División Azul regresaron fueron ignorados por las autoridades, con lo que los soldados verdaderamente fascistas también se sintieron traicionados, volviendo algunos a Alemania para entrar en las SS y situarse en posiciones cercanas a la persona de Hitler».

La novela está escrita en segunda persona y cuenta con la ayuda de diversos mapas. «Cuando emprendes una novela como ésta tenía dudas sobre si los lectores sabrían situarse geográficamente, por ello incluyo mapas», subrayó. En cuanto al estilo, «permite dar juego a grandes personajes de la historia como Patton o Montgomery», apuntó en presentador del acto, Jesús Fernández. Por su parte, el escritor relató que «la invasión de Europa desde el continente africano conquistado por los aliados se dilucidó en las altas esferas, y quería establecer esos dos niveles: los juegos de alta política y la guerra de trincheras».

Pero la novela no se queda en los asuntos bélicos, sino que lleva a cabo una reflexión histórica sobre la personalidad de los soldados, su forma de ver el mundo y sus sentimientos enfrentados a la muerte y a sus ideologías. Alejandro M. Gallo no evitó contraponer la entereza moral de aquellos soldados y la situación actual: «Estamos preocupados de nuestras miserias, ahora más graves, pero hasta ahora poco importantes en relación con los dieciséis mil niños que mueren cada día de hambre y qué hacemos. Estamos en un sistema político y económico que permite esto, y no hacemos nada».