Mieres / Langreo,

Andrés VELASCO

Cuatrocientos mineros del grupo Alonso se irán al paro en las próximas semanas, de los que 170 corresponden a la explotación asturiana de Cerredo, que pertenecen a la empresa Coto Minero Cantábrico (CMC). El magnate leonés del carbón ha decidido lanzar un órdago al Gobierno central y poner encima de la mesa una plan de despidos para reducir sus plantillas de interior tanto en la mencionada Coto Minero Cantábrico como en Uminsa, compañía que también opera en Asturias, en la mina de Pilotuerto (Tineo).

Según explicaron a este diario fuentes del Grupo Alonso, el empresario ha decidido reducir la plantilla de minería de sus empresas en 724 trabajadores. En septiembre del pasado año 2012, el grupo minero acumulaba un total de 2.158 empleados. Con esta drástica medida, Victorino Alonso pretende dejar su compañía con 1.434 mineros. El plan contabiliza ya las prejubilaciones del ejercicio pasado, un total de 329. El resto del recorte, 395 trabajadores, saldrán de los expedientes de extinción que ayer presentaron las empresas del grupo a sus comités: 170 trabajadores se verán afectados en Coto Minero Cantábrico y otros 225 lo harán entre la empresa Uminsa y las contratas de interior.

En lo que se refiere a CMC, el pozo más afectado será el de Cerredo, donde se plantea la extinción de 170 contratos en un expediente que se aplicaría a partir del próximo 20 de febrero. En la mina ubicada en el concejo de Degaña trabajan mineros tanto de la propia explotación como de Tormaleo, también perteneciente a Coto Minero. Con esta extinción de contratos, el grupo Alonso pretende «adaptar la plantilla a la estrictamente necesaria para la explotación con marchantes», según explicaron fuentes del grupo. La dirección de la compañía comunicó ayer al comité de empresa que se van a extinguir «los contratos de los trabajadores que estaban en ERE de suspensión, quedándose solamente con los que están trabajando y son necesarios para la marchante, que son unos 85 mineros». Los datos que ayer facilitó el grupo Alonso es que la plantilla propia de CMC, que actualmente es de 380 trabajadores quedaría reducida a 210.

La otra empresa del grupo Alonso, Uminsa, también se verá seriamente afectada por la reducción de plantilla, aunque en este caso aún faltan por definir algunos de las claves de los expedientes. La única certeza es que el grupo tiene previsto extinguir los 70 contratos de la mina de Santa Cruz del Sil, en León, primera explotación de Alonso que cerrará este año.

A partir de ahí, la puerta queda abierta a varias opciones, aunque en todo caso también habrá despidos en los pozos de Salgueiro y en la explotación asturiana de Pilotuerto, en el concejo de Tineo. Fuentes de la compañía de Victorino Alonso explicaron que «en función de las reuniones y posibles acuerdos con los sindicatos se determinará donde se aplicará la reducción de plantilla y se reconsiderará el cierre de la explotación subterránea de Salgueiro, que podría recibir trabajadores de Santa Cruz o por el contrario proceder a su cierre y aplicar en esta zona toda la reducción de la plantilla que necesita Uminsa».

Por otra parte, el empresario leonés ya ha cerrado acuerdos en salariales y de reducción de plantilla en las contratas de talleres, transportes, seguridad, limpieza y oficinas. Los recortes, apuntaron las fuentes, «oscilan entre el 15% y el 25% en función de los sueldos y por ser trabajadores con salarios menores que los que se dan en minería». El grupo Alonso mantendrá, por el contrario, el empleo en los cielos abiertos de la empresa, donde actualmente trabajan 550 personas.

La empresa asegura que las causas de esta importante reestructuración de plantilla obedecen a dos factores fundamentales. Por una parte, «la reducción de los cupos térmicos, que eran 3,5 millones de toneladas hasta finales de 2011 y que ahora son de 2,5 millones de toneladas». Además, apuntaron a la incertidumbre de lo que sucederá a partir del presente 2013, ya que no hay un plan del carbón que fije las producciones. El otro punto que ha llevado a Alonso a tomar estas medidas es la reducción de las ayudas. «El 2013 también es una incógnita en este sentido, pero lo que es evidente es que no se volverá a los niveles de ayudas de 2011 tal y como se anunciase ya es su día, ni tampoco al ritmo de reducción que se preveía en la decisión de la Unión Europea hasta 2018», aseguraron las fuentes del grupo Alonso.

Los representantes de los comités de empresa de CMC y de Uminsa manifestaban ayer a este diario su rechazo a las medidas comunicadas por las compañías mineras, y aseguraron que están hartos de verse utilizados como moneda de cambio en las maniobras de presión al Gobierno que lleva a cabo el empresario leonés. Moisés Díaz, representante de los trabajadores del pozo asturiano de Cerredo, aseguraba que los despidos y reducciones de salario planteadas por Victorino Alonso «no tienen ni pies ni cabeza». «Venimos arrastrando esta situación desde el verano y es incomprensible que pocos días después de que se nos haya pagado la nómina de noviembre y las dos pagas extraordinarias que se nos debían ahora se plantee la extinción de 169 contratos», valoró el responsable sindical.

En el caso del comité intercentros de Uminsa, sus portavoces aseguraron que en ningún caso los mineros van a aceptar las reducciones de salarios que plantea la compañía para evitar los despidos, y que los expedientes están ya en manos de los servicios jurídicos. «Es intolerable que se pretenda chantajear a los trabajadores obligándoles a reducir sus sueldos hasta el 60% para mitigar los despidos», indicaron los responsables sindicales en Uminsa, al tiempo que agregaron que «no se puede jugar así con las personas y estamos hartos de ser monedas de cambio para el grupo Alonso». Por último, desde ambos comités se preguntaron que «dónde va a acabar esta situación».