Mieres / Langreo,

Miguel Á. GUTIÉRREZ

La estrategia del Ministerio de Industria para reordenar el sector del carbón pasa por incrementar el protagonismo del cielo abierto y menguar la producción en las explotaciones de interior. Así se desprende del borrador del real decreto de garantía de suministro para 2013, que organiza el consumo de mineral autóctono por parte de las térmicas. Ese documento -ante el que las compañías carboneras pueden presentar alegaciones- pretende aumentar el volumen de carbón que queman las centrales y reducir de forma significativa la aportación de los pozos. Tanto las empresas como los sindicatos mostraron ayer su rechazo a la iniciativa. La medida apenas afectaría a Hunosa, que no dispone de minas exteriores y tiene un convenio especial con HC Energía para quemar la mayor parte de su producción.

El planteamiento de partida del Gobierno supondría una drástica reducción de la producción de los pozos privados del Suroccidente asturiano, pertenecientes al grupo empresarial de Victorino Alonso y ubicados en Tineo y Degaña. «Se nos ha explicado que, como criterio general, el Ministerio pretende que, para las compañías que tengan carbón de origen mixto, el 79 por ciento del mineral que se queme provenga del cielo abierto porque entiende que son explotaciones más competitivas y el 21 por ciento restante de los pozos de interior. También parece que ese es un parámetro general de partida que se puede revisar en la fase de alegaciones para adaptarlo a la realidad de cada empresa», explicó Gerardo Biaín, portavoz del Grupo Alonso.

El holding del empresario leonés Victorino Alonso ha realizado importantes inversiones en la modernización de sus yacimientos de interior en el Suroccidente asturiano. «Nosotros vamos a exponer que el reparto que se plantea no es asumible y pediremos, al menos, mantener la producción de los pozos del año pasado», apuntó Biaín. En concreto, Coto Minero Cantábrico (CMC) produjo en 2012 un 50 por ciento de carbón en minas de interior y otro tanto en el cielo abierto. La proporción en el caso de Unión Minera del Norte, S.A (Uminsa) fue, respectivamente, de un 36 y un 64 por ciento.

El representante del Grupo Alonso esgrimió la distribución de los cupos por explotación recogidos en el borrador para justificar su postura. «Para el pozo de Pilotuerto, en Tineo, plantean un cupo de 15.000 toneladas, cuando el pasado año se quemaron 190.000 y este año teníamos previsto superar las 200.000. En Cerredo se bajaría de las 400.000 toneladas a las 200.000», precisó Biaín. Y añadió: «Con esos cupos no interesa mantener los túneles». En la misma línea, el portavoz del Grupo Alonso remarcó que «la cifra global de toneladas nos encaja, pero deben permitir redistribuir la producción por orígenes para que se adapten a la realidad de las empresas y así lo vamos a plasmar en las alegaciones».

El borrador planteado por el Ministerio de Industria para ordenar la quema de carbón nacional también encontró el rechazo sindical. «Esta postura del Gobierno puede generar un desequilibrio de empleo importante, con una reducción del volumen de puestos de trabajo y de la calidad de los mismos», resaltó Juan Carlos Álvarez Liébana, responsable de Minería de la Federación de Industria de CC OO. Las minas a cielo abierto suelen ser explotadas por subcontratas de las empresas mineras que emplean a unos trabajadores que no se rigen por el convenio de la minería. Álvarez Liébana también puso sobre la mesa los factores medioambientales que limitan la producción en los cielos abiertos. «Incluso hay una investigación abierta por parte de la Unión Europea», señaló.

Más allá de los parámetros concretos de producción planificados para el próximo año, el borrador del real decreto de garantía de suministro evidencia la apuesta del Ministerio de Industria por el cielo abierto como eje principal de la producción de carbón en España, ya que genera unos menores costes y absorbe un menor volumen de ayudas, de forma que también podría garantizar una reserva estratégica menos costosa de mantener.

En un acto celebrado a finales del año pasado, la presidenta de Hunosa, María Teresa Mallada, ya manifestó que, dentro del objetivo de rentabilidad, «es una pena que, por decisiones anteriores, la empresa no cuente a día de hoy con explotaciones a cielo abierto».