Ni el frío, ni la lluvia y ni siquiera el fútbol pudieron ayer hacerle sombra al afuega'l pitu en La Foz de Morcín. Decenas de vecinos y visitantes acudieron al XXXV Certamen de esta variedad tan particular de queso, que en Morcín se ha hecho el rey. También en las cocinas de algunos de los mejores chefs que ha dado el Principado, el afuega'l pitu es indispensable. Y dos de ellos estuvieron ayer en La Foz: Pedro Morán, que ejerció de pregonero, e Isaac Loya, hijo del fallecido Miguel Loya, que recogió el "Afuega'l Pitu de Oro".

Morán indicó que "desde hace años me siento un morciniego más, y es un orgullo que se acuerden de los cocineros para promocionar más si cabe un queso artesano como éste". El cocinero, "Afuega'l Pitu de Oro" hace unos años, glosó en su pregón la importancia que tiene este queso para la gastronomía asturiana. Isaac Loya, chef del Real Balneario de Salinas, agradeció el galardón en memoria de su padre y reivindicó que los restaurantes asturianos "siempre intentamos tirar por lo nuestro, por la materia prima de aquí". Además, fueron reconocidos José Antonio Fernández como "Nabu de plata" y el diario El Comercio, que sucedió a LA NUEVA ESPAÑA como Quesero Mayor de Asturias.

El certamen lo cerró la entrega de premios a los ganadores del concurso del quesu afuega'l pitu. El jurado, compuesto por una veintena de expertos, otorgó doce distinciones a queserías profesionales y cuatro premios a las mejores piezas realizadas artesanalmente.

En esta última disciplina, las cuatro ganadoras fueron mujeres, todas ellas de La Foz. María del Mar Fernández se llevó el premio al mejor atroncau blancu, Asunción Mallada al atroncau roxu, Isabel Martos se llevó el premio al de trapu, y Mercedes González, al roxu de trapu. En el apartado de profesionales, triunfaron la quesería Tierra de Tineo (atroncau blancu y roxu de trapu), El Viso de Salas (blancu de trapu) y Rey Silo de Pravia (atroncau roxu).

El responsable de esta última quesería, Pascual Cabaño, aseguró que la presencia de sus productos en el certamen se debe "en buena medida al esfuerzo de la Hermandad de La Probe para realizar este certamen". "Lo mínimo que podemos hacer es estar aquí", indicó Cabaño.

También satisfecho se mostraba Luis López, de Tierra de Tineo, que ya durante los últimos años ha sido una de las queserías destacadas en el certamen. "Estamos muy contentos, las ventas van muy bien, y se nota cuando pones los carteles del primer premio", aseguraba mientras entregaba una pieza a un cliente.

Quien volvía ayer a Morcín, a su tierra y a su certamen era la quesería La Figar, legendaria productora ahora en manos de una nueva propietaria, Lucía Menéndez: "Es mi primera experiencia en el certamen y va todo bien".

Con la jornada de ayer se cierra una intensa semana en La Foz, que se inició el pasado domingo con el Capítulo de la Cofradía de los Nabos, siguió con San Antón y culminó con el tributo al afuega'l pitu.