Una sentencia del Tribunal Supremo confirma la condena a los socios privados de la extinta Alas Aluminium, que tendrán que abonar dos millones de euros a la Sociedad para el Desarrollo de las Comarcas Mineras (Sodeco), en virtud de la escritura pública de compraventa de las 15.000 acciones que esta entidad tenía de la empresa. El Supremo confirma así los pronunciamientos del Juzgado de Primera Instancia número 4 de Oviedo y de la Audiencia Provincial. Estos 2 millones se unen a los 6,4 millones de euros a los que los socios de Alas Aluminium fueron condenados a pagar a Hunosa el año pasado, también mediante una sentencia del alto tribunal.

El fallo desestima el recurso extraordinario, por infracción procesal y el recurso de casación, interpuestos por Bernardo Rueda Herreros, Gaspar Gómez Testón, Luis Lagar García, José Pérez Noriega, Luis Javier Riaño González, Faustino Alfredo Rodríguez Menéndez, José Manuel Gómez Abad, José Álvarez Iglesias, Previnor 200, Carpintería Metálica Alfer y herederos de Julio Blanco. La sentencia de la Sala I del Tribunal Supremo desestima así el recurso contra el fallo dictado el 17 de octubre de 2013 por la Audiencia Provincial de Oviedo, e impone las costas de ambos recursos a los socios privados.

La sentencia, que rechaza los argumentos ofrecidos por los recurrentes y da la razón a Sodeco, a la que tendrán que pagar dos millones de euros, es muy similar a la emitida el año pasado, también por el Tribunal Supremo, y que obligaba a los socios privados de Alas Aluminium a pagar 6,4 millones a Hunosa por el precio de 56.350 acciones de la extinta compañía.

Según esta sentencia, en las distintas ampliaciones de capital, la empresa Alas Aluminium se comprometía a recomprar las acciones adquiridas por Sodeco, una vez hubieran pasado cinco años. La pelea legal, tanto con Hunosa como con Sodeco, estuvo en determinar si había transcurrido este tiempo para hacer obligatoria la recompra de las acciones. Finalmente, en ambos casos, se dio la razón a las empresas y organizaciones públicas con cuyo apoyo se puso en marcha la aluminera, que finalmente quebró.

Alas Aluminium inició su actividad sobre la escombrera del pozo María Luisa, de Ciaño, en 2005. Llegó a contar con más de 300 trabajadores. En 2008, realizó una ampliación de instalaciones. Sin embargo, a principios de 2009, empezó a saberse que la firma pasaba por dificultades. A partir de ese momento, la situación fue a peor. En 2011, entró en concurso de acreedores y despidió a sus 270 trabajadores. Tras recibir más de 13 millones de fondos mineros, la empresa acabó cerrando tras acumular 58,5 millones de deudas.