-Uno de sus grandes logros fue la organización del congreso profesional Gamelab, ¿cómo surgió esa idea desde Mieres?
-Estaba en EE UU, pero regresé a España, en principio de forma temporal, para montar una "start up" de tecnología relacionada con los juegos y me surgió la oportunidad de trabajar en la Universidad de Oviedo como profesor. Al inaugurar el campus de Mieres, tuvimos la oportunidad de tener un espacio más grande y montamos un laboratorio improvisado sin muchos medios. Allí nos reuníamos con los alumnos para lanzar proyectos que validasen esa empresa que queríamos montar, y un poco egoístamente para formarnos, empecé a organizar cursos de reciclaje, trayendo a diferentes personas del sector. Ese fenómeno de juntar a esas personas en Mieres les pareció muy útil a ellos mismos porque no tenían tantas formas de contacto, entonces el evento comenzó a tener apoyos. De ahí pasamos a hacer un minicongreso y, cuando fue creciendo, me planteé un congreso profesional e hicimos un primer intento de forma independiente en Gijón, donde estuvimos tres años, creció mucho y nos lo tuvimos que llevar a Barcelona.
-¿En qué fase se encuentra ahora el certamen?
-Ha evolucionado mucho, es uno de los encuentros más importantes del mundo en relación al contenido, donde los grandes influenciadores se reúnen para intentar visualizar los próximos 10 años del videojuego, pero no es una feria comercial.
