La Foz reunió ayer sus mejores acordes para tocar una gran Sinfonía de los Quesos Artesanos de Asturias. La orquesta del sabor que cada una de las diez queserías participantes en el certamen pusieron sobre la mesa estuvo perfectamente secundada por las actividades y el ambiente festivo en una soleada jornada en la localidad morciniega. Pero no sólo el queso fue protagonista. También el concejo de Ribadedeva, y concretamente la localidad de Colombres, tuvieron un hueco en el programa de las fiestas de La Foz, al hermanarse los dos pueblos ejemplares.

La jornada arrancaba temprano, con la instalación en la carpa de una decena queserías, que pusieron a la venta en torno a 2.000 piezas, con el anhelo de volverse a casa con las manos vacías. Con cuentagotas iba llegando la gente, que participaba en una de las actividades más curiosas de este año: una cata a ciegas en la que los "expertos" tenían que identificar seis variedades distintas de quesos. Entre las personas que hicieron pleno, se sorteó un lote de productos, que entregó la Hermandad de La Probe.

Tras la misa y la procesión en honor a la patrona de La Foz, los alcaldes de Morcín, Jesús Álvarez Barbao, y Ribadedeva, Jesús Bordás, descubrieron la hoja en el mapa de Asturias ubicado en el parque y con el que se rinde homenaje a las localidades distinguidas como "Pueblo ejemplar", algo que al núcleo morciniego le llegó en 2002 y a Colombres el pasado 2015.

De nuevo volvía la fiesta a la carpa. Allí, la Escuela de Hostelería de Aller ofrecía una degustación de un helado de afuega'l pitu, tanto roxu como blanco. Segundo Riesco y Víctor Pérez fueron los encargados de llevar esta creación a la Foz, cuna de esta variedad de queso. La elaboración, sencilla: "Hay que fundir el queso con algo de nata y luego añadir nata montada, azúcar y claras de huevo, congelador y a disfrutar", señalaba Pérez. Ambos recibirían después un homenaje por parte de La Probe por su "contribución al certamen" durante los últimos años.

Entre compra y compra, y después de la puya'l ramu, llegaba el pregón de Luisa Villegas Domínguez, directora del "International Cheese Festival", una feria que reunirá en San Sebastián más de 3.000 quesos del mundo. La experta vasca señalaba que "es un objetivo de todos, poner en valor el trabajo de ganaderos y maestros artesanos, pero ya es hora de realizar un reconocimiento universal al queso como embajador de países, sabores, tradiciones, naturaleza y cultura". Y tras una sonora ovación llegaron las distinciones. La más esperada, la del "Meyor quesu d'Asturies", que recayó en la quesería casina El Viejo Mundo. Por la tarde, el jurado elegía al que será "Quesero mayor de Asturias", honor que se concedió a Luis Javier del Valle, que lleva 30 años dedicado a la promoción de los quesos como periodista y jurado. "Orgulloso y emocionado", Del Valle, que es uno de los impulsores del certamen de queso casín, recibía la noticia de su nombramiento.

Y para finalizar la jornada, la mayor tosta de quesos asturianos del mundo. El récord de este año, 71 metros.