"Yo no guardo rencor , ni odio. No quiero revanchas. Sólo pido que se cierren las heridas; que las familias que tanto tiempo han llorado a sus muertos puedan recuperar sus cuerpos". Aquilino Fernández pronto cumplirá 90 años. Vivió en primera persona, siendo un niño, los años de las luchas guerrilleras contra el franquismo. Fue enlace de los maquis debido a que tenía a tres tíos y un cuñado en el monte. Quilino el de Polio fue testigo de la barbarie más cruel; de un terror que es imposible de explicar con palabras. Pero nadie como él logra transmitir veracidad a hechos cuya atrocidad escapan al entendimiento: "Podría señalar a muchos culpables, a muchos asesinos, pero ¿para qué? Ellos también tienen familias y no vale la pena causar más sufrimiento a inocentes".

Quilino el de Polio recibió ayer en Mieres un reconocimiento a la altura de su dignidad personal. El auditorio de la Casa de Cultura no sólo estaba lleno de amigos y compañeros, apretujados muchos de pie en las escalinatas, lo realmente destacable es que la sala estaba colmada de respeto y afecto. El alcalde, Aníbal Vázquez, lo atestiguó: "Aquí no hay ideologías. Quilino se ha ganado el respeto de sus vecinos, ya que siempre ha estado en las trincheras defendiendo la libertad y luchando contra la injusticia. Y además lo ha hecho con respeto y de manera dialogante".

El acto organizado por la asociación "Amigos de Mieres" contó con la presencia del exdirigente comunista Gerardo Iglesias, del actual coordinador regional de IU, Ramón Argüelles, y del músico Chus Pedro, entre otros muchos. En el transcurso del homenaje se proyectó el documental "Quilino, guerrillero en el llano", de Luis Felipe Capillín: "Durante mucho tiempo luchó contra el franquismo y ahora lo hace contra el olvido", remarcó el autor de la emotiva película, en la que el protagonista narra con una íntegra autoridad el sufriendo del que fue testigo durante muchos años.

La desatada represión franquista que hubo en Asturias tras la Guerra Civil no es para "Quilino" un capítulo más de la historia de España. El pone nombre, cara y alma a muchas víctimas. Su tío Miguel, Manolín, Vicente o Belarmino son los protagonistas de su historia. No sólo fueron asesinados, sino que murieron en la mayoría de los casos de manera desalmada. "En una ocasión me encontré un chaval muerto en medio de un charco de sangre. Le habían cortado las orejas porque un falangista que tenía un bar había dicho que invitaría a quien le llevase las orejas de un rojo. A mi tío le pegaron un tiro sin dejar siquiera que se despidiera de su madre, que era lo único que pedía. Lo sé porque me le dijo un guardia civil que era buena gente". Aquilino Fernández sabe el nombre tanto del falangista como del autor del disparo: "Nunca los menciono. No quiero dañar a sus familias. Pero los muertos merecen respeto". Respeto es lo que se ha ganado él. Ayer lo recibió a raudales.