Con el comienzo del nuevo año, el Ayuntamiento de Aller ha iniciado una campaña de eliminación de barreras arquitectónicas en el casco urbano de Moreda, comenzando por los accesos al ambulatorio médico. Sin embargo, no todo el mundo está contento con estos trabajos y hay usuarios, como Ricardo Cordero, que es miembro de la comisión de accesibilidad en el Ayuntamiento de Aller, que consideran que no se está cumpliendo con la normativa en su totalidad. Algunas medidas aplicadas no sirven para todas las discapacidades, como ocurre con los invidentes.

Cordero, que tiene que desplazarse en silla de ruedas, asegura que la empresa que está realizando las obras en la zona del ambulatorio médico "se está dedicando únicamente a cambiar baldosas, pero no tienen en cuenta la normativa, como que la pendiente sea del 8 por ciento o la modificación de las baldosas por rugosidad y color". A su juicio, "los trabajos se están realizando sin la revisión de los técnicos competentes, o al menos eso parece". Asimismo, recalcó la necesidad de cumplir con la normativa en este punto de la localidad "porque es el que más peatones tiene, debido a la existencia del centro de salud".

Este vecino también se mostró crítico porque, según afirmó, "esto solo ocurre en Aller, si salimos a los concejos vecinos, como Laviana o Lena, vemos que sí se cumple con la normativa a la hora de modificar estos accesos, pero en Aller seguimos igual". Por otro lado, Cordero quiso denunciar el retraso en la convocatoria de la comisión municipal de la que es miembro: "ni nos convocan, ni se reúne ni tampoco nos informan de lo que pretenden hacer".

Ésta no es la única crítica sobre las obras para la mejora de accesibilidad. Hace unos días, el portavoz municipal del PP, Juan Antonio del Peño, visitó estos trabajos y realizó algunas consideraciones como la importancia de disminuir en lo posible la pendiente de las actuales aceras en los puntos donde hay movimiento de personas y sillas de ruedas.