Un accidente. Esa es la principal conclusión de la muerte el pasado miércoles de Celestino Díaz Fernández, de 50 años y vecino de la localidad allerana de Llamas tras realizar la correspondiente autopsia. Así lo aseguraron esta mañana fuentes de la Guardia Civil, quienes aseguraron que todo apunta a que se le cayó una piedra encima de forma fortuita, cuando transitaba por un camino.

El cuerpo del hombre fue encontrado el miércoles en un camino vecinal próximo, yaciendo con un fuerte golpe en la cabeza que le causó un severo traumatismo craneal. Según explicaron algunos vecinos, el cuerpo fue hallado por la esposa de la víctima. El cadáver se encontraba rodeado de sangre, con varias piedras alrededor y una vara.

La víctima había trabajado como minero en el pozo Santiago en Aller, estaba casado y tenía un hijo. Según el relato vecinal, el hombre salió de casa entre las tres y media y las cuatro de la tarde, pero tardaba en volver, por lo que su mujer salió en su busca. Lo encontró un poco más tarde, ya muerto y tirado en el camino. Iba con ropa de trabajo y a sus pies había una vara con la que posiblemente se apoyase para caminar.

Tras dar el aviso a los sanitarios, éstos sólo pudieron certificar su muerte. También acudieron los agentes de la Guardia Civil, quienes iniciaron una investigación para esclarecer las causas del suceso. El cuerpo del fallecido fue trasladado al Instituto de Medicina Legal donde se le practicó la autopsia. Los resultados se conocieron ayer por la mañana, llegando a la conclusión de que lo ocurrido había sido un fatal accidente y que, con toda probabilidad, Celestino Díaz había fallecido a causa de una piedra que le cayó encima. Una conclusión a la que ya habían llegado en la tarde del miércoles algunos lugareños, señalando que el fallecido podía haber sido golpeado por una piedra que hubiese caído del monte y rodase hasta la parte de atrás de la localidad de Llamas.

No fue la única elucubración sobre lo ocurrido. Otros pensaban que también habría podido encontrarse con algún animal por el monte que le hubiera golpeado, algo que ya había ocurrido en el pasado.

La muerte de Celestino Díaz Fernández corrió como la pólvora por el valle de Casomera, ya que tanto él como su familia son muy conocidos allí. "De alguna manera, no es sólo que los vecinos se conozcan, es que muchos son familia y están relacionados unos con otros", aseguraba una mujer tras conocer lo ocurrido.

Tras la autopsia, los restos mortales del fallecido fueron trasladados ayer por la mañana al tanatorio de Mieres, donde se organizó el velatorio. Fueron muchos los que ayer se acercaron hasta las instalaciones funerarias para dar el pésame a la familia.

El funeral tendrá lugar hoy a las doce del mediodía, en la parroquia de Llamas. Después será incinerado en el tanatorio de Mieres.