Va para tres décadas que la posmodernidad llegó para acabar con «grandes relatos», las ideas sobre las que se habían construido las revoluciones del siglo pasado y cuyas pretensiones de emancipación derivaron en algunos de los grandes episodios de barbarie de la humanidad. Por esas paradojas de la historia, Gianni Vattimo -que es lo mismo que decir el «pensamiento débil», etiqueta que define de un modo gráfico el modo en que la razón perdió sus férreas cualidades- se postula ahora como neocomunista. «El impulso de volver a ser comunista tiene que ver con el poder capitalista se ha hecho intolerable», apunta en el capítulo titulado «Las buenas razones del viejo Marx». Ante un libro como éste, a Vattimo hay que reconocerle, al menos, el valor de pensar sin márgenes preestablecidos.