Oviedo,

Pablo ANTUÑA

La situación actual del Club Natación de Oviedo ha llegado a un momento tan dulce y tan positivo que no pueden acoger a más deportistas. Con 450 miembros, sumando todas sus secciones, el club ya ha tocado techo y su estructura no le permitir seguir creciendo más. «Ya no podemos meter más gente de la que tenemos en el club. Nuestra estructura no nos lo permite. Hemos llegado al cien por cien de nuestra capacidad», señala Javier Hurlé, director deportivo del club ovetense.

En la piscina del Parque del Oeste entrenan cada tarde las futuras promesas de la natación asturiana. De los 450 chavales, unos 220 pertenecen a escuela de natación y los 230 el club en sus distintas secciones: sincronizada, waterpolo y natación master de travesías. «Trabajamos con los niños de seis a catorce años en escuela de iniciación. Si superan todos los niveles tienen la opción de seguir adelante y pasar a otra sección tras consensuarlo con sus padres», relata Hurlé.

Los ocho técnicos que contribuyen a la formación de los componentes del conjunto ovetense estructuran su trabajo en función de su edad. «La enseñanza en la escuela es básica, mientras que en los centros de tecnificación introducimos el componente técnico de competición. Ya es como una especialización», explica Javier Hurlé. De ahí que tenga claro el objetivo primordial: «La formación del deportista desde la base al alto rendimiento».

Antonio Núñez y Andrea Campos son dos de las perlas más importante del club, pero en natación los hermanos Osorio no se quedan atrás. «Nacho Osorio es un especialista en braza que está entre los tres cuatro mejores de España», afirma el director deportivo. Además en la sección de natación sincronizada cuentan con otras cuatro deportistas que compiten a un gran nivel. «Lara García obtuvo el tercer puesto en la competición de figuras en un campeonato internacional en Valladolid.Junto a Andrea Rodríguez Dosal, Laura Modino y su entrenadora y nadadora, Rebeca López, se sitúan como cuatro de los baluartes y con más nombresde la natación sincronizada en estos momentos», desgrana Javier Hurlé.

El club ovetense trabaja no solo el ámbito deportivo, sino también el componente social. Muchas horas en una misma piscina de tantos jóvenes deportistas y sus familias tienen que ir más allá. Por eso el club busca otras metas como explica Javier Hurlé: «Desde hace dos temporadas estamos desarrollando un componente más social que deportivo. Hicimos distintas charlas dirigidas a padres, deportistas y técnicos en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. Desarrollamos salidas, excursiones, jornadas de convivencia... Intentamos que el club no solo se dinamice en su aspecto deportivo», recuerda el director deportivo.

Precisamente la organización es otro de sus fuertes. Y aunque realizan bastantes pruebas, en una de ellas lucen sus mejores galas: las 24 horas del Club Natación Oviedo. «Durante 24 horas siempre hay nadadores del club nadando. Llevamos siete ediciones y desde el comienzo ha sido un éxito».

Y por si todo esto fuera poco, la sección de waterpolo, con cinco años, ha doblado los doce componentes de su inicio para dar una vez más muestra de la labor del Natación Oviedo. «Está dirigida a los mayores de 18 años porque deben tener un nivel bastante bueno de natación y ya tiene un arraigo importante», concluye Hurlé.