Parece que el Madrid, escaldado de otras contrataciones cuyo lado no deportivo mal controlado afectaba al deportivo y dañaba la inversión, ya está en contacto con una empresa para que haga el trabajo «sucio» de enterarse del «más allá» del buen juego. Una de las experiencias recientes con gaseosa fue la del italiano Cassano, preso de sus arrebatos personales y gastronómicos y con una disciplina en «stand bay». Ahora el Real parece querer añadir lo que viene solicitando la prórroga cuando se realiza una contratación: conocer su actitud, implicación, comportamiento general y familiarÉ En fin, conocer lo previsto para no sorprenderse después de lo «imprevisto» y decidir con todas la consecuencias. Para no hacer dos informes, intentan resumirlo en uno con tres puntos principales: marcar la diferencia en el campo, acreditar una vida familiar sana y ser aceptado por los capitanes. Parece que Diego, el fenomenal brasileño del Werder Bremen, contara con el preceptivo informe que aclare si algunos de sus líos con compañeros y rivales -cabezazo y expulsión- son sólo «lances de un fútbol intenso». Nadie parece dudar de sus virtudes como líder ni de su calidad y entrega, pero no pasa nada por conocer la otra realidad sin sorpresas del «producto» -con perdón- en que se invierte. Quizás hubiese sido bueno conocer a Banega, Ronaldinho, Robinho, Heitinga, Marcelinho, Ujfalusi, Drenthe.., aunque la realidad nos indique que, si todo va bien, en las alfombras del fútbol cabe todo.