PROTAGONISTAS. Todo cambió en los minutos finales del partido. Pero pudo hacerlo en sentido diferente. La primera jugada crucial se produjo en el minuto 87. Luque, que había hecho un arranque de partido espectacular y había puesto en apuros a Roberto en no menos de cinco ocasiones, le probó por última vez. Y con mayor exigencia que nunca. Arrancando ahora por el centro, se aproximó a la frontal del área del Sporting y desde allí soltó un zurdazo tremendo. El balón hizo una parábola en vertical y enfiló la escuadra derecha de la puerta de Roberto. Pero éste, que estaba ligeramente adelantado, rectificó muy bien y, al tiempo que retrocedía, saltó hacia su derecha. Desde debajo de los palos, cuando rechazó el balón de forma prodigiosa. Cuatro minutos más tarde, el balón estaba en la portería contraria. El Sporting lanzaba, desde la izquierda, su cuarto córner del segundo tiempo. La zaga granadina despejó hacia la derecha, donde Omar alcanzó el balón y tuvo la habilidad de provocar un nuevo saque de esquina. Lo lanzó él mismo. El Granada 74 es un equipo con mucha planta. Sus hombres altos se centraron en marcar a las torres rojiblancas: Iván Hernández, Matabuena y, sobre todo, Jorge. Fagoaga, el más bajito del equipo, se encargó de Bilic. Gravísimo error. Omar sacó muy bien, algo pasado, justo hacia donde estaba Bilic. Fagoaga no llegó. Bilic, sí. Cabeceó con poderío. El balón fue al poste y luego adentro. Y El Molinón enloqueció.