Avilés, I. URÍA

La aspiración del Avilés de entrenar en campo completo se hará realidad la próxima temporada tres días a la semana. El club blanquiazul llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento, y el primer equipo se entrenará miércoles, jueves y viernes en el sintético de La Toba de 18.00 horas a 19.30. Esta medida, no obstante, afecta de manera directa al portero Jesús Lastra y al lateral Pablo López, que ya advirtieron de la imposibilidad de compatibilizar su horario laboral con el de los ensayos si eran antes de las 19.00 horas. Los responsables de la entidad aseguraron que intentarán llegar a una solución con los jugadores y expresaron su disconformidad con lo que consideran un horario que no satisface por completo las necesidades «del tercer equipo de Asturias».

«Que el horario coincidiera con el trabajo de algún futbolista estaba previsto y se tratará con ellos, tampoco es tan grave. Lo primero será intercambiar impresiones con ellos», apuntó el asesor deportivo Ulpiano Cervero. Otro de los futbolistas que ha apuntado un posible conflicto con su trabajo es Héctor, aunque su horario laboral es más flexible que el de sus compañeros y en principio acudirá a ejercitarse sin problemas. Para el secretario técnico, el nuevo horario está lejos de lo que el club había solicitado, ya que obliga al equipo a buscar otro lugar alternativo un día a la semana o dos. «No es el equipo de la alpargata. Es el Real Avilés Industrial y sigue siendo el tercer conjunto de la región, mal que le pese a quien sea», señaló. El colaborador subrayó que el Avilés recuperará la costumbre de entrenar cinco días a la semana, entre ellos el sábado, «siempre que el técnico lo vea necesario». Para Cervero, en las últimas temporadas «había la moda de no programar más que cuatro días de entrenamiento, pero esto es el Avilés». Hasta el momento el conjunto disfrutaba de la mitad de uno de los campos sintéticos, circunstancia que se esgrimía en el club como una de las causas del bajo rendimiento del equipo.

A mediados de la pasada campaña el club sugirió a Pole que aumentara los días de ensayo, al considerar insuficientes las sesiones a mitad de campo que tenían asignadas según el horario de la Fundación Deportiva Municipal. La anterior temporada los blanquiazules se vieron relegados al impracticable campo del «huevo» mientras se construían los campos sintéticos. El club llegó a llevar a los jugadores a La Morgal, aunque esta campaña parece que habrá menos conflicto.