Mieres del Camino, M. I.

Los jóvenes jugadores del Santa Marina y el Unión Popular de Langreo se llevaron una desagradable sorpresa cuando a primera hora de ayer acudieron al campo de fútbol Mundial 82 de Mieres para disputar el partido de Tercera alevín correspondiente a la primera jornada de Liga y se encontraron con que las puertas del recinto deportivo estaban cerradas a cal y canto y no había nadie para abrirlas. El choque de Tercera alevín entre el Santa Marina de Mieres y el Unión Popular de Langreo estaba programado para las diez de la mañana en el Mundial 82 de Mieres, pero por estar el campo cerrado no se pudo celebrar.

La misma sorpresa que se llevaron los pequeños aprendices de jugadores, que se pegaron un madrugón para nada, también se la llevó el colegiado del partido, cuando se percató de que la puerta de acceso al campo estaba cerrada y nadie aparecía por allí para abrirla. Tras pasar los minutos y aproximarse la hora de inicio del partido sin que la puerta de acceso a la instalación se abriera los responsables técnicos de ambos equipos se pusieron de acuerdo para trasladar el partido al campo de fútbol 8 de la Universidad de Mieres y jugarlo allí, puesto que sólo había que colocar las porterías que estaban en el recinto deportivo de la Universidad y los directivos del Santa Marina tenían las llaves de acceso al campo. Sin embargo, el árbitro tras consultar con la Federación Asturiana de Fútbot, que se negaba a cambiar el escenario del encuentro y decidió suspenderlo.

Un mal entendido burocrático parece ser el motivo de que las puertas del campo estuvieran cerradas, según explica el director deportivo del Santa Marina. «El viernes nosotros solicitamos a la Federación jugar en el recinto de la Universidad, pero nos dijeron que no porque era muy prematuro y que teníamos el Mundial 82 a disposición. El problema surge, parece ser, porque el Caudal tuvo que costearse de su bolsillo la compra de las porterías para el campo de fútbol 8 cuando este es de propiedad municipal». La indignación entre los padres fue mayúscula y como consecuencia de ello realizaron una enérgica protesta.