Gijón, Nacho AZPARREN

Menos de 24 horas después de su debut en Primera, Sergio regresa a sus actividades habituales con total naturalidad. «Ahora mismo estoy en el recreo, así que puedo hablar», es lo primero que contesta a la llamada de este periódico. La normalidad es la nota común en este joven futbolista, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego.

«Al principio estuve un poco nervioso, pero luego me fui entonando poco a poco», comenta Sergio sobre su debut en Santander. En su estreno contó con buenos consejeros: «Mis compañeros me ayudaron un montón. Antes del partido me dijeron que estuviera tranquilo, que intentara hacer las cosas fáciles para ir ganando confianza y al término del encuentro todos me felicitaron». Sergio recibiría más tarde un mensaje de felicitación de Javier Vidales, técnico del filial, y las buenas palabras de Preciado. «Se acercó a mí al final del partido y me dijo que lo había hecho muy bien. Siempre me ha ayudado», destaca el joven.

Sobre el juego en la categoría de oro, Sergio comenta: «Hay una diferencia notable, sobre todo en cuanto a ritmo de juego. Hay que tener una gran precisión, no se pierden tantos balones como en Segunda B». Ahora, el pivote finalizará la campaña entrenándose con el primer equipo, actividad que repetirá en la próxima pretemporada; pero antes llegan los exámenes.