Estambul (Turquía), Á. FAES

Serio, muy serio. Quizá la ocasión en que se presentó a la rueda de prensa con peor cara desde que comenzó la temporada. Fernando Alonso se sometió al tercer grado pero esta vez no iba a admitir culpas. No hubo errores graves al volante. El coche no daba para más. Por tres ocasiones antes de viajar a Turquía el asturiano se había echado a la espalda los contratiempos. En China, porque se saltó el semáforo de la salida; en Malasia, porque el equipo le retuvo en el box por una errónea predicción de lluvia de la que se hizo responsable, y en Mónaco, por el accidente en la última sesión libre.

Pero ayer no iban por ahí los tiros. «No, no ha habido errores. No habría mejorado mi tiempo ni intentándolo diez veces, con diez juegos de neumáticos nuevos. No hubo errores esta vez». Lo repitió hasta aburrirse. En italiano, en español y en inglés. Una y otra vez, con la gorra más calada que nunca y la mirada muchas veces perdida.

«No fuimos lo suficientemente rápidos. En Mónaco no pudimos estar en la clasificación por circunstancias diferentes. Aquí no hemos sido rápidos». Y tampoco espera ser protagonista de otro capítulo épico, como las remontadas de Australia, China y Mónaco. «En esas carreras me quedé atrás con un buen coche, pero aquí he sido decimosegundo porque me lo merecí. Así que no voy a llegar a la carrera y ponerme a adelantar a todo el mundo. No será tan fácil como otras veces», avisa.

También descarta dar el golpe con una estrategia imaginativa, como en Mónaco, cuando rodó todas las vueltas menos una con los neumáticos duros. «No se puede hacer nada agresivo porque los neumáticos sufren mucho, sobre todo en la curva 8. No es recomendable arriesgar», reconoce.

El objetivo del asturiano será sumar unos cuantos puntos y esperar a ver qué sucede por delante. Por ello eludió el análisis de la situación sin tener resultados finales. «Esto son diecinueve carreras y entonces podremos mirar atrás, ver los resultados y señalar qué hicimos bien o qué dejamos de hacer. Esto es más complejo que estar exultante por una pole o destrozado por salir decimosegundo. Ahora Red Bull está delante, McLaren ha mejorado... pero ¿qué diremos si llega Valencia y nosotros tenemos un buen coche que vuelve a luchar por la pole?».

Alonso se plantea, por lo tanto, una «carrera defensiva» en busca de puntos que minimicen daños, después de la mayor decepción de lo que va de temporada. «Las expectativas en torno a nosotros son altas y hay presión de resultados. Es normal porque llegué aquí con dos Mundiales, pero esto es un sube y baja para todos, salvo Red Bull», señala.

Insistió en que no había cometido errores porque no consideró uno el bloqueo de neumáticos en su penúltima vuelta lanzada, antes de quedar eliminado. «Ya tenía una décima perdida y buscaba recuperarla. Ese giro ya no me servía». Luego se dejó ir, dejó descansar a sus gomas y lo intentó por última vez, «pero ya no tenía los neumáticos en el mejor estado y el coche no estaba para muchas fiestas».

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