Gijón, J. E. CIMA

«Me falta ganar aún el Tour de Francia, tras ser segundo y tercero, y tengo dos años para conseguirlo». Así de rotundo se muestra el italiano Ivan Basso (Magnano, 1977) en manifestaciones por teléfono a LA NUEVA ESPAÑA en su regreso de Cancún, donde disputó el Critérium mexicano de Chihuahua. El italiano dice que «fue una experiencia y una fiesta muy bonita y bien organizada, que espero que se repetirá el sábado durante dos horas» en el II Critérium «Ciudad de Oviedo» en la calle Uría.

En la capital del Principado acabará su temporada, en la que logró cinco triunfos, y considera que fue «muy buena por volver a ganar el Giro de Italia y otras carreras más cortas. Fue clave en el Giro mantener una gran regularidad, tener unas buenas piernas, pero, sobre todo, estar fuerte mentalmente para estar delante y no perder preciosos segundos. En el ciclismo actual estar con moral y tener la cabeza bien asentada es muy importante. Es algo en lo que siempre pienso porque si no es complicado vencer».

La vuelta a los grandes podios los valora mucho más tras ser sancionado por la «operación Puerto» durante dos años, cuando no dio positivo en ningún control. El todo-terreno transalpino reconoce que fue «una mala historia y no se puede pensar siempre en lo peor. En la vida hay que mirar hacia adelante para hacerlo lo mejor posible. Demostré que se puede ganar el Giro con la máxima transparencia de cara al público y aficionados».

Al hablarle de los problemas en que está metido ahora Contador por el asunto del clembuterol y la polémica desatada, Basso matiza que «Alberto es mi amigo y espero que solucione el tema rápido y de buena manera para él. No tengo capacidad para entrar en los problemas de otros ciclistas, pero sí quiero que resulte bueno para un amigo».

No considera que los ciclistas no tengan unión entre ellos, según el doble ganador del Giro de Italia, es «un asunto muy largo para explicar porque el ciclismo es el deporte más controlado y no tanto como que no estemos muy unidos entre los corredores».

Precisamente este ciclista que a finales de noviembre cumplirá 33 años explica que el Critérium de Oviedo «en la casa de Samuel Sánchez será una bonita reunión entre grandes campeones, donde tienes más tiempo para hablar con tranquilidad con los amigos y sin tanta tensión. Aunque todos luego querremos ganar la carrera. Será la primera vez que esté en Oviedo, porque en 2009 cuando hice cuarto en la Vuelta a España -ganó Valverde por delante de Samuel y Evans- no pasamos por Asturias, donde me cuentan que hay una gran afición».

Sabe también que será la despedida del ciclismo de Chechu Rubiera en su tierra y elogia al ciclista gijonés: «Corrí muchas veces junto a él y es un gran campeón que hizo un trabajo fenomenal en el Tour de Francia para su jefe Lance Armstrong cuando yo también luchaba por el triunfo. Además, es una buenísima persona. Para mí es un orgullo estar entre los elegidos en este Critérium y también en ese adiós».

Este italiano añade sobre la figura de Chechu que «sé que en el Critérium habrá carreras para niños y de jóvenes antes de la nuestra de profesionales. Es muy bueno para crear afición y para que los niños tengan gran ejemplo en la trayectoria de Rubiera. Todos ayudaremos a que sea una fiesta espectacular desde esa carrera del ciclista y piloto en coche donde no se sabe quién ganará al ser un circuito corto».

Volvemos a hablar del Tour de Francia y su próxima edición. Basso tiene claro que «el recorrido es muy bonito y me gusta. Tiene grandes etapas de montaña y pocos kilómetros de contrarreloj, que me va bien. Será como siempre duro y no se puede hablar de uno o dos rivales porque allí van todos y en su mejor momento. Pero eso queda lejos cuando estamos acabando la temporada y primero quiero disfrutar de esta fiesta en Oviedo».

De su preparación hacia Francia dice que «lo primero será tomarme 20 días de vacaciones y luego empezar poco a poco en bicicleta y con gimnasio para lograr un buen estado físico. Dentro de unas semanas será cuando estudie las carreras que haré. Mi intención es montar un plan para ganar el Tour, pero eso lo buscan muchos ciclistas y por eso es tan difícil conseguirlo».

Finalmente sobre las alegrías y disgustos sufridos en ciclismo dice que «me quedo siempre con el último triunfo, aunque todos son bonitos y más si gano el Tour. No pienso en los problemas porque hay que superarlos y este deporte siempre tiene cosas muy bellas».