Oviedo, Nacho AZPARREN

Pegaso quiere acelerar la operación. Casi al mismo tiempo que Alberto González anunciaba que la venta de sus acciones podría prolongarse hasta después de la asamblea del día 29, el grupo mexicano ha dado órdenes para que se formalice en los próximos días. Richard, enlace de los mexicanos en España y que asumirá el cargo de entrenador en cuanto las operaciones fructifiquen, se encuentra desde el lunes en Oviedo trabajando en el nuevo proyecto. El siguiente paso por parte de los representantes del grupo Pegaso será el de nombrar un coordinador que en representación del grupo mexicano lleve a cabo la compraventa de las acciones de Alberto González.

Con Alejandro Burillo y José Antonio García siguiendo el desarrollo de los acontecimientos desde México se hace necesario el papel de un «cónsul» que represente los intereses de los mexicanos en la operación con Alberto González. Richard ha sido el encargado de buscar a la persona indicada. Es de origen asturiano, con experiencia en el fútbol, y su nombre se hará público en las próximas horas, toda vez que los representantes del grupo Pegaso den formalmente el visto bueno al nombramiento. El grupo mexicano no pondrá trabas a la persona elegida por Richard y ya ha dado su consentimiento de palabra.

Una vez elegido el coordinador, su primer paso será el encargo de la auditoría a un despacho de abogados. El «cónsul» ya tiene en mente el despacho que llevará a cabo la actividad, aunque este trámite depende de la autorización de Alberto González, que en una primera instancia rechazó la idea de que el bufete Garrigues Walker llevara a cabo la auditoría. El despacho que se ofrecerá a González también es asturiano. Con los dos nombramientos Pegaso pretende que las operaciones se agilicen en las próximas horas.

Una vez que el grupo Pegaso proponga a Alberto González el despacho de abogados que llevará a cabo la auditoría, y siempre que el todavía máximo accionista no rechace dicho nombramiento, se llevará a cabo inmediatamente el procedimiento de análisis de la situación económica del Oviedo para cerrar definitivamente el acuerdo. La auditoría no debería llevarle al bufete más de tres o cuatro días, según se señala desde México. Las mismas fuentes del país norteamericano asumen que el procedimiento es una formalidad y se cifra en un 99 por ciento la probabilidad de éxito en la operación.

El acuerdo económico alcanzado por las partes quedó establecido desde los primeros contactos. Alberto González puso como condición para vender sus acciones recuperar el dinero invertido en su momento, en torno a los dos millones de euros. Alejandro Burillo ni siquiera hizo el ademán de negociar una rebaja del precio. Las ganas de los empresarios mexicanos por hacerse cuanto antes con el control del Oviedo provocaron que el acuerdo económico se produjera de una forma sencilla. Ahora su llegada al club está más cerca que nunca. Salvo que la auditoría revele sorpresas inesperadas.