Antonio LORCA

Piqué y, sobre todo, Valdés dieron ayer media Liga al Barcelona, que se pone con ocho puntos de ventaja sobre el Madrid y convierte en prácticamente imposible la remontada del conjunto blanco. El central fue el autor del primer gol del Barça y el guardameta se erigió en salvador de los de Guardiola con tres espectaculares paradas.

Comenzó con una alineación inusual el Barcelona, sin Messi, al que Guardiola reservó, y con un centro del campo inédito compuesto por Thiago, Mascherano y Keita. Arrancó el Barça, como en el es habitual, tocando y tocando, apoderándose de la posesión del balón. Sin embargo, fue el Villarreal el que dispuso de las dos ocasiones más claras en los primeros compases, que Valdés resolvió con brillantez: en el minuto 6 Rossi se plantó solo delante del guardameta blaugrana, que le aguantó y terminó blocando; y siete minutos después fue Cazorla, uno de los mejores del Villarreal, el que culminó una carrera por la izquierda metiendo un gran pase al espacio, para que otra vez Rossi se quedara de cara a la portería, pero el remate del italiano lo detuvo de nuevo Valdés en una gran estirada.

A partir de ahí se enfrió el partido. El Barça seguía controlando la posesión pero sin crear ocasiones. Tan sólo Villa tuvo un par de ellas, ambas a centro de Afellay; en la primera detuvo Diego López, y en la segunda el asturiano no llegó a rematar.

El Villarreal, por su parte, se quedó parapetado en su campo, cómodo porque el Barça no le creaba peligro pero sin demostrar ser ese equipo capaz de discutir la posesión al Barcelona. Gravitaba sobre El Madrigal la derrota del Madrid, que quito presión para el Barça.

Aún así, no podía desperdiciar la ocasión el Barça, que salió mucho más enchufado en el segundo tiempo. Era la ocasión de dar la puntilla a la Liga y no la podían desperdiciar.

Por si fuera necesario, Messi comenzó a hacer ejercicios de calentamiento en el descanso. El primero en avisar fue el Guaje, en una gran jugada personal, en la que se revolvía en la frontal del área y remataba pegado al palo izquierdo de Diego López.

Llegaba el momento de poner toda la carne en el asador y en el minuto 52 entraba Messi en sustitución de Keita. Aúnque dominaba el Barça no creaba ocasiones claras. Y el gol llegó en un córner, que peinaba en el área Busquets, controlaba Piqué con el pecho para fusilar la portería de Diego López. Ya con el marcador en contra el Villarreal se lanzó al ataque, sin demasiado éxito, aunque, cuando el partido agonizaba, tuvo que volver a aparecer Valdés para hacer un paradón a remate de Cazorla en el minuto 85. Al término del encuentro, los jugadores del Barça celebraron la victoria, sabedores de que han dado un paso de gigante para llevarse su tercera liga consecutiva.