Ribadesella,

Álvaro LÓPEZ SERRANO

Llegaba Manolo Busto a la meta de Ribadesella con semblante serio. En el rostro del cinco veces campeón del Descenso del Sella en K-1 y en diez ocasiones vencedor del Campeonato Mundial de piragüismo en maratón, se intuía un matiz de dolor, que explicaba minutos después. «No es una edición cualquiera. Este Descenso representa una gran tristeza y por eso tenía ganas de pasar página. La muerte de Emilio (Llamedo) me apena mucho y por eso esta victoria va para él». Acostumbrado a mostrar una lucida sonrisa cada vez que se imponía en la prueba entre Arriondas y Ribadesella, el piragüista maliayés aseguraba que cruzó la meta riosellana con una gran emoción, «recordando la figura de Llamedo, que todavía sigue muy presente, y a su familia. Hizo una gran labor por el piragüismo, deporte que hoy llora por él».

En lo que se refiere al desarrollo de la prueba, Busto, que salía desde la séptima posición tras el sorteo celebrado el pasado jueves en la Casa de Cultura de Ribadesella, quiso destacar «los problemas iniciales para encontrar un hueco en el río».

Una vez superadas las dificultades del comienzo, el palista de Villaviciosa resaltó «el buen ritmo de la carrera», destacando «la gran ayuda» que el K-2 formado por los asturianos Omar Prieto e Iván Estrada, que se entrenan de manera habitual con el maliayés, dispensaron al piragüista campeón. «Iban muy rápido y yo me enganché a ellos. A partir de entonces, aprovechando las buenas condiciones en las que se encontraba el río, todo fue mucho más fácil», explicaba.

Gracias a su victoria en la septuagésima quinta edición del Descenso del Sella, Manolo Busto se coloca como líder de los Campeonatos Mundiales de maratón. El maliayés se mostraba radiante, a la vez de cauto. «Todavía quedan muchas carreras por disputar. No sé si iré a la próxima prueba de Holanda. Aun así, estoy muy contento por todo lo que he conseguido», finalizó Busto.