Trece disparos, noventa minutos de dominio y un par de fallos defensivos después, el Oviedo alcanzó el vestuario del Ángel Carro con una sensación agridulce. Una de las mejores actuaciones de los azules en la temporada sólo era premiada con un punto. Daba igual que fuera un terreno exigente como el feudo del segundo clasificado; en el mundo del fútbol, esclavo eterno de los resultados, tener la sensación de haber dejado escapar dos puntos sólo puede llevarse con resignación. «Yo con éstos voy a la guerra», dijo con su habitual expresividad Pacheta en la rueda de prensa señalando hacia el vestuario. El técnico se iba satisfecho con la imagen dada.

El paso de las horas sirve para mirar las cosas con más perspectiva. Siempre ha sido así. Después de una actuación tan destacada como la del domingo resulta lógico que la plantilla saque pecho. «Dimos la cara contra uno de los equipos fuertes de la Liga. Lástima que se nos escapara la victoria», reflexiona Abasolo al acabar el primer entrenamiento semanal.

Dentro del tono general del equipo sobresalieron los nombres de dos jugadores con una historia llena de altibajos en el Oviedo. Ver a Abasolo y Óscar Martínez anotar goles decisivos en el Ángel Carro era una escena impensable hace algunas semanas. El gallego ya había firmado una actuación destacada en Valdebebas, con tanto incluido, pero una vez más las inoportunas lesiones le habían cortado su racha.

En Lugo, Pacheta dio un golpe de efecto en el once con su inclusión desde el inicio. «No sé si sorprenderme, pero lo lógico es que se hubiera dado continuidad al equipo tras la victoria ante el Celta B. El sábado, cuando ensayamos la estrategia, vi que podía tener una oportunidad, y así fue», señala Óscar Martínez. Tardó quince minutos en despejar las dudas que había sobre su adaptación en ataque. Fue el tiempo que necesitó para marcar, liderar el ataque y rozar un gol desde el círculo central muy similar al que hizo con el Alavés en Logroño el año pasado. «Pacheta tiene una idea muy clara de fútbol y nos toca a nosotros adaptarnos. Tenemos que seguir la línea marcada y mejorar los registros fuera de casa», señala.

En el caso de Abasolo no había precedentes semanas atrás que invitaran al optimismo, con la salvedad de la última jornada. La lesión de Xavi Moré le ha abierto las puertas de la titularidad, y el vasco no está dispuesto a dejarla escapar. «Aún me queda. No me siento al cien por ciento ni en confianza ni en mi nivel físico. Mejoraré. Cada vez me encuentro mejor y espero soltarme con el balón», confiesa Abasolo. Aunque su imagen en el campo pueda invitar a engaños, el extremo es de los jugadores más exigentes con su rendimiento. El premio a su aportación llegaría mediada la segunda mitad, con 1-2 en el marcador. «Confiaba en Nano y tuve fe en llegar al segundo palo y empujarla», así describe la acción. «De momento no me pueden salir mejor las cosas: he hecho dos goles en los pocos minutos que he disfrutado de titular», añade.

El funcionamiento como bloque se nota en detalles. Que el equipo se mantenga en los puestos altos depende de las aportaciones de la plantilla al completo. Recuperar a Óscar Martínez y Abasolo puede ser una de las mayores aportaciones de Pacheta para la segunda vuelta. Dos soldados más para la causa azul.