Oviedo, Á. F.

Sin «El Sevillano», su chófer de confianza, a Ever Banega, fuera de la lista para Barcelona, no le quedó más remedio que ponerse ayer al volante después de pasarse por los campos de entrenamiento del Valencia, en Paterna. La parada en la gasolinera resultó fatal. No detuvo el coche, posiblemente un modelo de cambio automático, y al echar el pie a tierra junto al surtidor, el vehículo se desplazó. La pierna del futbolista quedó trabada entre un bordillo y el coche, con un resultado nefasto. Rotura de tibia y peroné, seis meses de baja y temporada a la basura.

Los episodios extraños son una constante en Banega, tan pronto lesionado por un incomprensible accidente, como fotografiado con una camiseta del Madrid o cazado con las manos en la masa por la cámara de su portátil.