Los jugadores portugueses Ricardo Quaresma y Miguel Lopes protagonizaron un momento de tensión durante el entrenamiento de ayer, en el que ambos estuvieron a punto de llegar a las manos. En un ejercicio ordenado por Paulo Bento en el que estaban trabajando los menos habituales, Miguel Lopes entró con dureza a Quaresma, que se revolvió contra su compañero. Tras un intercambio duro de palabras y empujones, ambos tuvieron que ser separados para evitar tensiones mayores. El encontronazo surgió en una sesión abierta a la prensa, con lo que los medios pudieron ser testigos de los malos humos de ambos jugadores, que abandonaron el césped con cara de pocos amigos. Su compañero Ricardo Costa intentó luego quitar hierro al asunto: «Son cosas que pasan en el entrenamiento. Hubo una disputa y ya está. Todos queremos demostrar al entrenador que estamos listos para jugar», dijo.