Tras la emoción inicial por el recuerdo a Manuel Preciado, el Sporting le entró bien al partido. Mate Bilic mostró su pericia en el lanzamiento de faltas, superó la barrera y buscó el bote con un balón ajustado al palo que obligó a Mario a lucirse para desviar a córner. Un tirito de Trejo y un buen cabezazo de Bilic a la salida de un córner anunciaban un día redondo para el sportinguismo. Incluso la excelente arrancada de Jairo parecía un accidente. El Sporting volvió a controlar el escenario, De las Cuevas pudo marcar tras una patada al aire de Goikoetxea, Mandi estampó un obús en el larguero y Lora amenazó con otro disparo sin demasiada convicción. El balance al descanso era de seis tiros dentro y dos fuera para los rojiblancos y tan sólo la pifia de Saizar para el bando local.

La idea era meterle un punto más de presión a la olla y cocinar bien al Racing para hincarle el diente. Hasta que el Sporting se convirtió en el cazador cazado. Todo empezó de una forma absurda. Los rojiblancos sacaban un falta cerca de su área y a Marcos Landeira, por esas cosas que pasan, le pareció buena idea darle la pelota a Juan Pablo fuera del área. El leonés, en lugar de quitársela de encima, se complicó tanto la vida que Saizar le robó el balón y, cuando lo tenía todo a favor, disparó fuera. El Sporting entró en un bucle de errores descomunales, como los de Landeira y Canella, que gracias a Juan Pablo quedaron en nada. Si el Racing no marcó ayer, es fácil entender por qué lleva cero goles en tres partidos.

El Sporting no se olvidó de Mario, pero ya no le visitó con tanta frecuencia, ni con tanta claridad. Las aproximaciones fueron, en su mayoría, disparos lejanos sin demasiada chicha que no inquietaron al buen portero cántabro. Manolo movió el banquillo en busca de soluciones y encontró dos nuevos debutantes que se liaron en la madeja que ya era el juego del Sporting. David Rodríguez tuvo una buena ocasión que mandó alta, pero que había sido invalidada por un fuera de juego más que discutible. Hugo Vieira lució su velocidad, pero siguen siendo dos jugadores por descubrir.

En total, en el Sporting debutaron ayer cuatro futbolistas (Luis Hernández, Mandi, David Rodríguez y Hugo Vieira); Marcos Landeira jugó su primer partido como central; Carmona, el primero como titular, y Lora volvió tras una lesión. El Sporting fue, por tanto, un equipo en construcción, con mucho recorrido y que ayer demostró que puede ser superior a un Racing que difícilmente dará para más.

El punto no saca a los rojiblancos del descenso y la paciencia es un bien escaso entre el sportinguismo cuando se habla de gente de la casa. O sea, cuando más paciente tendría que ser. Manolo cree en el equipo. Hay que creer en Manolo, al menos tanto como se creyó en otros.