Madrid, Agencias

El Real Madrid disputa su último partido del año en el Bernabeu con el objetivo de cambiar su imagen y rescatar el poderío del equipo que batió récords en la conquista de la pasada Liga. Y lo hace ante un Espanyol, penúltimo, que persigue la reacción con la llegada del mexicano Javier Aguirre al banquillo.

La derrota en Copa ante el Celta dejó heridas que siguen abiertas en el vestuario blanco. Mourinho criticó la falta de compromiso de algunos de sus jugadores -Di María, Benzema y Kaká, aunque sin nombrarlos- y ayer incluso dudaba el portugués de la lesión del delantero francés en Balaídos. «Cuando un jugador se retira a la media hora es porque no puede más. Y si no puedes es que tampoco puedes para el partido siguiente. Pero Karim ha entrenado. Pienso que no estará, pero estamos con tantas dificultades arriba, por no tener a Higuaín como opción, que me gustaría que Karim fuese una opción», dijo.

No dio pistas Mourinho sobre el equipo, pero volvió a admitir que en Vigo cometió un error dejando a Álvaro Morata en la grada. «Ya veremos quién juega. Quiero ver cómo están todos, pero en Vigo he reconocido después del partido que debería tener a Morata en el banquillo, a pesar de su inexperiencia. Pero es un chico con ilusión, motivación y potencial. Sólo los estúpidos no cambian cuando piensan que les ha ido mal, por lo tanto, Morata será una opción con Karim o sin él».

Lo más probable, en todo caso, es que Morata inicie el choque en el banquillo, ocupando la punta de ataque Cristiano Ronaldo en tanto Callejón estaría en la banda por un Di María «castigado». También es seguro el regreso del portugués Coentrão al lateral izquierdo después de haber tenido descanso en el partido copero ante el Celta debido a sus problemas musculares.