Gijón, Á. C.

Una de las sorpresas del once presentado por José Ramón Sandoval ante el Numancia fue el regreso a la portería de Cuéllar. El emeritense había sido suplente en Liga desde la llegada del técnico madrileño y no oculta que su vuelta a la titularidad le pilló un tanto por sorpresa. «No sabía nada y me enteré cuando el entrenador dio la charla previa al partido. Él lo ha visto oportuno y estoy contento por volver a ayudar al equipo, que para lo que uno trabaja, pero no tanto por el resultado», reconoce «Pichu».

Sandoval se ha encargado de reabrir el debate sobre la portería. Juan Pablo inició la temporada como titular, pero acabó cediendo su puesto a Cuéllar en la sexta jornada, en la victoria en casa ante el Alcorcón. El extremeño continuó bajo los palos hasta el partido de Copa ante el Mirandés, el último de Manuel Sánchez Murias, y también el que acabó por devolverle al banquillo. «No hay ningún problema entre Juan Pablo y yo. Ambos hemos demostrado durante los cuatro años que llevamos juntos en la plantilla que somos porteros solventes. Cualquiera puede jugar», explica Cuéllar para restarle importancia a su titularidad.

El guardameta rojiblanco salvó el segundo tanto numantino mediada la segunda parte, al desviar con la pierna un remate franco de Natalio. Satisfecho con su actuación, que acabó entre aplausos tras lucirse con dos intervenciones de mérito, al filo de la conclusión, en una jugada anulada por el árbitro por fuera de juego, Cuéllar también ejerce autocrítica. «En el primer tiempo hemos pecado de no tener paciencia. Queríamos finalizar jugadas rápido y hubo mucha precipitación del medio del campo para adelante», explica. En su opinión, todo lo contrario sucedió en la segunda parte, donde «sí jugamos bien, pero tuvimos la mala suerte de no acertar con las muchas ocasiones que tuvimos. Los equipos que pasan por El Molinón deben sufrir mucho más».