Avilés, Albina FERNÁNDEZ

El técnico del Avilés, Chiqui de Paz, estaba ayer más animado y veía la derrota ante el Real Madrid C (0-4) con otra perspectiva. «Después del partido estaba apesadumbrado, pero al repasar el vídeo me di cuenta de que no fue tan malo como la sensación que nos dejó, que hubo cosas positivas y, sobre todo, que el equipo se repuso mucho y bien al varapalo de Fuenlabrada, que es lo más importante».

Y es que el mal partido de los blanquiazules en Fuenlabrada (4-1) dejó huella en los futbolistas, sobre todo en el aspecto anímico. «Habíamos trabajado sobre ello durante la semana y el equipo salió muy metido en los primeros 20-25 minutos. No se parecía en nada al de Fuenlabrada, había reaccionado. Lo que pasa que ellos metieron gol en el primer acercamiento y empezaron a aparecer otra vez los fantasmas, más que nada mentales», explicó.

El técnico señaló que los aspectos positivos de la derrota ante el Madrid C fueron «el empuje y el hecho de que con 0-3 el equipo no se partió ni se desesperó. Vi intención de repliegue, solidaridad y responsabilidad. Un equipo muerto no hace eso y son detalles que te hacen seguir adelante con una ilusión tremenda», comentó.

De Paz asegura que la plantilla está unida y comprometida para cambiar la mala racha de resultados que se inició ya a mediados de diciembre. «Sabemos las cosas que tenemos que perfeccionar y mejorar, y estamos todos juntos. El grado de implicación de los futbolistas es total y vamos a ir hacia adelante seguro». Y añadió: «Tenemos que recuperar las buenas sensaciones y la solidez que nos llevó a estar donde estuvimos. Y la solidez tiene que llegar porque el equipo trabaja, compite y es responsable, lo que pasa es que no tenemos el acierto necesario en determinadas jugadas y el rival además está muy acertado. Son cosas que nos penalizan mucho, pero es así y tenemos trabajar sobre ello, no hay más solución porque no hay varitas mágicas».

El segundo filial madridista sentenció con tres goles de falta en los tres primeros tiros a la portería de Davo, pero el Avilés tuvo opciones para cambiar el signo del partido en los primeros veinte minutos. «Salimos con la idea de marcar pronto para reafirmarnos y estábamos bien. Mejoramos en el trabajo defensivo y ellos no se habían acercado. Queríamos adelantarnos para que tuvieran que venir y el equipo salió como cuando en las segundas partes se libera y va a por los partidos, mandando, pisando el campo rival, abriendo a banda y con centros y remates. Salió con el espíritu de las remontadas, encorajinado y dominando el juego. Si nos hubiésemos puesto por delante, el partido habría cambiado, pero perdimos 0-4 y esos números son muy duros».

El entrenador dice que la plantilla ya piensa en el Sanse. «Entrenamos al cien por ciento, con la lógica tristeza, pero ya empezamos a hacer cosas con una ilusión tremenda y vamos a ir a ganar», concluyó.