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Fondo Norte

Fondo Norte: el Sporting claro que es guapo, pero no presume

La frase de Ferreira, segundo del Éibar, demuestra lo fácil que resulta la ironía con tres a cero a favor

Fondo Norte: el Sporting claro que es guapo, pero no presume

Los guapos son ellos", gritaba el domingo desde el banquillo del Éibar el segundo entrenador del equipo vasco a sus jugadores. El segundo entrenador se llama Pachi Ferreira y no jugó precisamente en equipos menores: Athletic de Bilbao y Atlético de Madrid. Cuando tu equipo gana en casa por tres a cero a un rival que se ha quedado con nueve jugadores es muy fácil hacer ironías basadas en falsedades. La guapura de los jugadores del Sporting no la han ganado precisamente en una tómbola, sino en los terrenos de juego. Y que se sepa, ningún jugador del Sporting hizo gala de nada ni el domingo ni ningún otro día. La realidad del Sporting actual es que va por la vida con el morral lleno de moderación y respeto a los demás rivales. El respeto que le faltó a Pachi Ferreira con "los guapos son ellos". La frase del técnico eibarrés no pasa de ser una anécdota más de un partido más, aunque desgraciado para los intereses rojiblancos, pero es obligado reflejarla para que se comprenda el grado de favorito que alcanza el equipo.

Porque este Sporting claro que es guapo. Claro que, pese a la decepción del domingo, merece todo el crédito del mundo porque se lo ha venido ganando a lo largo de todo lo que llevamos de temporada. La derrota de Éibar no es el final de nada, sino un tropiezo como tantos otros que se tienen a lo largo de una competición de cuarenta y dos partidos, que se dice pronto.

El fútbol de hoy está rodeado de unas circunstancias curiosas. Tata Martino pierde un partido y merece la horca. Carlo Ancelotti saca una pareja de laterales que cambia mediada la segunda parte y pone en peligro su continuidad al frente del equipo. Diego Pablo Simeone sufre una derrota y ya está su equipo camino del pozo del que, según algunos, nunca debió de salir. Y así van uno tras otro los equipos españoles alrededor de los que hay más ruido que nunca y menos paciencia que jamás de los jamases. Los casos de Martino y de Ancelotti son paradigmáticos, y escritos están. Arbeloa y Coentrao son desde ahora los laterales de la muerte.

El Sporting, mientras, damas y caballeros, señoras y señores diputados, ha de seguir a lo suyo sin distraerse del objetivo. Y a ese objetivo, el ascenso, se llega ganando los partidos de casa. Echen cuentas, por favor. El primer partido de casa es el que jugará el domingo ante el Numancia, un rival rocoso y de los posibles gafes de los últimos tiempos. Lleva varias semanas sin encajar un gol, toda una prueba para el lustroso ataque rojiblanco. Una victoria en el Anfield del Piles devuelve la normalidad a una situación de lo más normal: un derrota después de no se sabe cuántos partidos, la quinta de la temporada, el equipo, empatado con el rival que viene, que menos partidos ha perdido de toda la Segunda división.

El Sporting afronta una semana en la que conviene que nadie pierda la perspectiva de la realidad, del valor de lo que ha venido haciendo hasta ahora la plantilla, empezando por el portero Alberto que va a debutar en El Molinón ante sus aficionados en el mes de marzo y a quien no se le ha escuchado una palabra más alta que otra. El Molinón que pisó de niño lo va a ver de titular.

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