Correr está de moda, según sostienen los "gurús" que marcan tendencia. Y Oviedo fue testigo ayer de tal afirmación cuando 1.500 corredores tomaron las calles de la capital en la disputa de los Diez Kilómetros "Rexona Street Run", prueba que forma parte del circuito que organiza la Federación Española.

Correr, a la vista de los datos, es una afición que "engancha" a sus practicantes, pero aún no algo suficientemente atractivo como para que haya espectadores que bajo los efectos del cambio de hora (la salida oficial fue a las diez de la mañana) se dieran un madrugón. Con la salvedad de los aplausos de los irreductibles y de los ánimos de los familiares y con el evidente handicap de un horario que no permitía buenas marcas y del tobogán constante de la orografía carbayona, que es la que es, los primeros en cada categoría en cruzar la meta fueron dos atletas asturianos: Pablo Ibáñez (Oriente) e Itziar Méndez (Piloña).

Lo cierto es que hace no mucho era impensable que se apostara por el centro de Oviedo para la disputa de pruebas deportivas, y en un transcurso de tres meses habrá nada menos que dos carreras de alto nivel, pues a la de ayer la sucederá una media maratón a mediados de junio, con salida y meta en la plaza de la Catedral en cuyo trazado ha participado Alberto Suárez, el campeón paralímpico. O hasta tres si contamos la multitudinaria y consolidadísima "San Silvestre". Los tiempos están cambiando, que cantaría Bob Dylan, como los cambios de terminología de la carrera a pie, la actividad deportiva más natural que en sus inicios fue atletismo y que a su paso por España tornó a llamarse jogging, luego footing y hoy, icono de la moda total gracias a sus efectos adelgazantes, ya es running.

Los mejores "runners" ayer, que no se sabe muy bien si el término engloba a los antes llamados populares y también a todo tipo de federados o a ambos, porque todos son atletas con todas las de la ley, invirtieron un tiempo de 32.48 (Pablo) y de 38.30 (Itziar).

Pablo Ibáñez optó por no dejar nada a la suerte y marcó un ritmo rápido desde el inicio para no hacer concesiones a sus rivales. Sólo tuvo un contratiempo, la irrupción de un corredor sin dorsal como el gijonés Youssef Benkert, que no es la primera ocasión que lo hace y a quien la organización expulsó para no adulterar la carrera.

En el kilómetro tres se ampliaban las distancias con su compañero de equipo Esteban Tejedor y con Manu Prado (Piloña), posiciones de las que no se movieron. Ibáñez navegaba por aguas más que conocidas, puesto que él mismo había vencido en la "San Silvestre" carbayona, prueba que comparte recorrido en ciertos tramos con la de ayer, y completó la carrera en solitario. Por eso si se le preguntaba con cuál de las victorias se quedaba se mostraba contundente: "La "San Silvestre", sin duda". Implícitamente era un mensaje para que en ediciones posteriores de los Diez Kilómetros se retrasara la salida, lo que daría oportunidad a que en las calles también hubiera público.

Itziar Méndez tuvo más competencia porque Laura Fernández (At. Manresa), atleta que se prepara en Gijón a las órdenes de Rionda, no cedía hasta que la mayor fortaleza de la atleta de Lugones se impusiera en el tramo más duro de la prueba, que es la cuesta del Campillín.

Itziar destacó en el podio lo "guapa y dura" que es la prueba; un podio en el que estuvo acompañada por Laura Fernández y Eva Braña (Centro Asturiano).

A los de "guapa y dura" podría añadirse el adjetivo de "larga", pues a muchos atletas sus relojes con GPS les marcaban 10,5 kilómetros. Dato curioso cuando la prueba está homologada.