"36 puntos en 18 partidos. Nadie lo hubiera imaginado antes del primer partido en Soria". El dato, por extraordinario, parece difícil de creer para un Abelardo que lo repite sin modificar la cautela de su habitual discurso. El técnico señala que "ya sólo quedan 14 puntos para el objetivo", el de la permanencia, y evita ir más allá de la privilegiada situación de los rojiblancos, que cierran el año segundos, en ascenso directo, e igualados con el líder. "Hay que disfrutar a tope. No sé hasta dónde llegaremos, pero de lo que no cabe duda es que nadie nos ha regalado nada. Nos lo hemos ganado pero eso sí, seguimos viviéndolo todo minuto a minuto", subraya el entrenador rojiblanco.

Abelardo se ajusta al mismo mensaje humilde que ha venido repitiendo a lo largo de la temporada. El mismo que, en cierta medida, ha ayudado al Sporting a alimentar la fórmula que le permite despedir 2014 como único equipo invicto del fútbol profesional. "La situación es envidiable", admite el técnico gijonés, que focaliza todos los elogios a sus futbolistas. "Me han dado las gracias al final del partido, en el vestuario. Les he dicho que a mí nada, si yo no juego. El agradecido soy yo. Es una gozada entrenar a este equipo", destaca. "Al próximo año le pido salud. En lo deportivo, más no se puede pedir", añade el técnico gijonés.

Al más que positivo balance hasta el momento le añade su satisfacción por el último triunfo, el de ayer. "Hemos hecho la mejor primera parte de toda la temporada. Incluso diría que el 2-0 con el que llegamos al descanso fue un poco corto. El gol del Alcorcón nos creó cierta incertidumbre, pero hicimos méritos para ganar. Hemos estado de sobresaliente", afirma. El Pitu también otorga parte del mérito a la ayuda de El Molinón. "El público ha estado sensacional. Con 22.000 en el campo va a ser muy difícil ganarnos", apunta.

Abelardo reconoce que, tras el descanso, el Alcorcón llevó la iniciativa y no cree que su equipo acusar ciertos nervios por ver el resultado peligrar. "Con el 2-1, echarte para atrás es casi mental. Fue también un poco por indicación mía. Ordené a Sergio que se metiese un poco más entre los centrales, porque el rival acabó con David Rodríguez, Mayor y Verdés arriba. Aún así, tuvimos dos opciones muy claras, como la de Juan Muñiz y Santi Jara", matiza. El Pitu no cree que las pequeñas vacaciones que se tomarán ahora los rojiblancos afecte a la buena marcha del equipo, al interrumpir una trayectoria prácticamente inmaculada. "El parón navideño le vendrá bien al equipo. Nos sirve para desconectar y para dar descanso a algunos jugadores que han disputado todos los minutos. Eso no significa que vayamos a Tenerife y luego perdamos, porque en algún momento tendremos que perder", advierte.

A la hora de particularizar sobre la labor de sus futbolistas, el Pitu rompe una lanza a favor de Isma López. "En verano se lo puse muy negro y ahora me lo ha puesto difícil para elegir el lateral izquierdo", comenta en relación a que era uno de los descartes antes del inicio de la campaña y ahora se ha hecho un sitio a raíz de la lesión de Álex Menéndez.

Por último, en el plano extradeportivo, Abelardo reconoce que se mantiene la incertidumbre en el vestuario a cerca del futuro en lo institucional, pero muestra su confianza en la figura del vicepresidente e hijo del máximo accionista.

"Confío en Javier Fernández. Está trabajando para la venta del club y para que existan unas garantías económicas", asegura. Un apunte al que añade poco después la esperanza de que sea un giro en positivo. "Creo que nos merecemos que venga una gente que sepa lo que es Mareo y que ojalá que, en un futuro no muy lejano, este club vuelva a estar en la élite. Se lo merece la ciudad, se lo merece la afición, se lo merecen los trabajadores del club y el equipo", concluye.