Javier Fernández no pudo acudir ayer al palco de El Molinón por una gripe. El resto del consejo de administración ocupó su asiento de honor en el que puede ser su último encuentro al frente del Sporting. Los de Abelardo disputarán fuera de casa los dos primeros partidos de 2015, por lo que el feudo rojiblanco no albergará otro partido hasta el 17 o 18 de enero, cuando el Betis visite al Sporting para cerrar la primera vuelta. Para esa fecha, el máximo accionista querría haber completado ya la venta de la SAD.
Las negociaciones con la compañía inglesa de capital de riesgo, con la que ha alcanzado un preacuerdo de intenciones van más lentas de lo esperado en un primer momento. Los abogados de las partes ni siquiera han conseguido cerrar la pasada semana el plan de trabajo.
Una operación de tanto calado, como la compra de un club de fútbol en una situación económica crítica se mide al detalle y se discute cada número. En cualquier caso, las dos partes coinciden en que la negociación avanza y se encamina a buen puerto. Los auditores contratados por el grupo inglés siguen escrutando la información que obtuvieron en Mareo durante los dos días que pasaron en las oficinas del club.
La incertidumbre afecta a todos los estamentos del club. La grada volvió a sacar los pañuelos. Los futbolistas y el cuerpo técnico no saben a qué atenerse ante la inminente apertura de un mercado de invierno que puede traer más disgustos que alegrías, mientras meditan qué decisión tomarán ante los reiterados impagos del club. Los empleados disponen aún de menos información y su incertidumbre es aún mayor, ante el temor de que la nueva propiedad pueda llevar a cabo una reducción de personal. Incluso los compañeros de Javier Fernández en el consejo de administración esperan el momento de dejar el cargo. Los asesores, Iñaki Eraña y Fernando Losada, hace tiempo que tienen un papel testimonial. Javier Martínez se mantiene leal a su amigo Javier Fernández, aunque deseando dejar el cargo, y Antonio Veiga ya ha amagado varias veces con dimitir.
