La explosión de Nico Rodríguez como director deportivo llegó en Alcorcón, donde un gijonés comprobó de primera mano su particular receta del éxito. El exrojiblanco Sergio Prendres (Gijón, 15-7-1986) fue uno de esos talentosos futbolistas a los que Nico rescató de la Segunda B para hacerle profesional. El viaje de Luanco al conjunto alfarero fue determinante para relanzar su carrera, que continuó, hasta esta temporada, en el Leganés. Sergio Prendes no tiene duda de que triunfará en el Sporting, recuerda su valía y desvela el lado más personal del que fuera su compañero.

-¿Cómo definiría a Nico Rodríguez?

-Si tuviera que utilizar una sola palabra elegiría constancia. Estudia todos los mercados. Desde Segunda B, en adelante, incluyendo otras Ligas. Tiene mucho ojo para firmar. Es muy listo a la hora de hacer contrataciones a coste cero. Suele acertar en casi todos sus fichajes.

-A usted le sacó del Marino para llevárselo a Segunda División, al Alcorcón.

-Sí. Le estoy muy agradecido. Cuando inicia un fichaje suele hablar directamente con el jugador, apenas se mete en el tema de intermediarios. Se portó muy bien conmigo.

-¿Cómo es en el trato con el futbolista?

-Mantiene la distancia en el trabajo, pero es un tío muy cercano fuera de él, como buen gijonés. Al futbolista le dice las cosas a la cara. Defiende siempre al club, pero en lo personal siempre trata de que ninguna parte salga perjudicada.

-Babín, Montañés... Fueron algunos de esos futbolistas desconocidos que gracias a él llegaron a Primera.

-Hay gente que al principio se pregunta: "¿de dónde ha salido éste?". Nico tiene mucho conocimiento de jóvenes en progresión, de aparentes desconocidos. Es un estudioso del fútbol, le echa muchas horas. Mire, en Alcorcón vivía muy cerca de las oficinas del club. Muchos días que pasaba por allí fuera del horario laboral todavía me lo encontraba en el despacho. Trabaja mucho y bien, es la clave.

-¿Qué perfil suele buscar?

-No ficha nombres, ni se deja llevar sólo porque sean muy buenos, ficha jugadores comprometidos. Mira mucho lo personal. Siempre busca futbolistas que se ajusten a la filosofía del club, que estén preparados para nuevos retos. Quiere gente comprometida con la causa.

-¿Cómo le ve en el Sporting?

-Lo va a hacer muy bien. En el Alcorcón le dejaron trabajar, le dieron la responsabilidad de todas las contrataciones, así es como se siente a gusto. El Sporting ha fichado a un director deportivo muy completo. Han acertado de pleno; es de Gijón, conoce la casa y ambición e ilusión no le van a faltar.

-¿Le ayudará conocer la casa?

-Seguro. Conoce a todos en el Sporting, no sólo a los integrantes de la primera plantilla. Veranea en Gijón. Si hay un día de fiesta, se va a Gijón. Llega Navidad, y pasa por Gijón. Es una ventaja.

-¿Le ve preparado?

-Su principal meta siempre fue la de estar en Primera División, y si es con el Sporting, la oportunidad es más buena todavía. Imagino que siempre conservó la ilusión de volver a casa.

-¿Hay equipo para mantenerse en Primera?

- El salto es grande, pero es todo competir. Con las ganas y el corazón que le pone el Sporting, y con la afición volcada, sobra coraje para conseguirlo. Pase lo que pase, lo van a dar todo hasta el último minuto.

-¿Cómo vivió el ascenso?

-Estaba jugando contra el Zaragoza. En el túnel de vestuarios me cantaron el gol del Lugo, sabía que el Sporting ganaba 0-3, y me llevé una alegría tremenda. Era de los que pensaba que era complicadísimo que el Girona pinchara.

-¿Cómo se presenta el verano para usted?

-Sigo en Madrid y voy a aprovechar para operarme, porque sufrí la rotura del tabique nasal durante la temporada y lo he ido aplazando. En lo deportivo, no he llegado a un acuerdo con el Leganés para renovar mi contrato. Toca esperar, pero tengo la ilusión de jugar en el extranjero. Ya tuve la oportunidad de salir cuando estaba en Alcorcón, pero el club no me lo permitió. Me gusta Estados Unidos, pero habrá que mirar. Hay algún interés, pero todavía no se ha concretado nada.